POR MARTÍN SÁNCHEZ GONZÁLEZ, CRONISTA OFICIAL DE GETAFE (MADRID)
Realizo esta crónica en homenaje a mis paisanos extremeños y amigos «chinatos»(gentilicio de los naturales de Malpartida de Plasencia) a los que me une una gran amistad y a los que llevo en lo más profundo de mi corazón, pues con muchos de ellos he compartido momentos especiales a lo largo de toda mi vida. Estudié con ellos en aquellos años complicados de los años 60 del siglo pasado, donde éramos muy pocos los elegidos para iniciar estudios en una provincia muy deprimida, como era la cacereña, y donde con el acceso a las becas que otorgaba el gobierno por primera vez, en el año 1960. A las pruebas selectivas que se convocaron en todos los municipios españoles, accedimos un pequeño grupo de cada pueblo. No todas las personas de mi edad (13 años) podían acceder a estudios de superior grado a los que se impartían en las escuelas públicas del mundo rural, (Certificado de Estudios Primarios), que era lo máximo a lo que podíamos aspirar en las escuelas de nuestros pueblos, estudios que además, había que realizar en la capital de la provincia o en ciudades donde se impartían estudios superiores a los ya citados.
No todos los padres chicos en edad escolar de nuestros pueblos de la profunda Extremadura rural, podían prescindir de sus hijos de 13 años y menores de esa edad, aunque les concedieran una beca, podían enviarles a estudiar a la capital. Fueron nuestros padres los que tomaron esa decisión, y a pesar de la beca alcanzada, tuvieron que realizar un enorme sacrificio al prescindir de nosotros y de lo que podíamos aportar a la economía familiar, además de ser aún muy jóvenes.
Pues bien, al incorporarnos a los estudios de formación Profesional en aquellos años, tuve la suerte de conocer amigos de Malpartida de Plasencia, de Serradilla, Monroy, Talaván, Hinojal, Santiago del Campo, de la zona de las Hurdes, de la comarca de los, Ibores, y yo diría, que de la mayoría de los pueblos de Extremadura. Fueron muchos los años que convivimos juntos los compañeros de todos estos pueblos extremeños, primero en Cáceres y después en Madrid, hasta alcanzar, el grado de Maestría Industrial. Otros continuamos estudios de Ingeniería o arquitectura técnica y otras carreras despues. Cada uno de nosotros eligió su camino, dependiendo de su especialidad y de su integración en el complicado mundo laboral de la época.
Este es mi homenaje a mis compañeros de Malpartida de plasencia, Benjamín Castro y toda su familia, a Vicente Manzano q.e.p.d. y a su hermana María Luisa, a Felipe Fernández y a su mujer Natalia González, hija de don Gonzalo, mi amigo, Jefe y Maestro, en el Ayuntamiento de Getafe; a mi querido amigo José Luis Yuste y familia y a otros tantos que no citaré para no alargar excesivamente mi crónica: El pasado día 22 de junio tuvo lugar en Malpartida de Plasencia, Cáceres, el «XXXVIII Concurso Nacional de Albañilería, Chinato», que se viene realizando desde hace ya treinta y ocho años.
Este Concurso Nacional de Albañilería, solamente se ha visto interrumpido una vez. Fue el año 2019, como consecuencia de la Pandemia provocada por el Covid-19, y tiene como objetivo estimular los conocimientos técnicos propios del oficio de albañilería y la mejora de las destrezas y habilidades de los que practican este oficio. Con este concurso se contribuye cada año a dotar de prestigio al sector de la construcción, del que depende más del sesenta por ciento de la población de esta localidad cacereña.
Las personas que participan en este concurso lo hacen en parejas, formada por un oficial de primera y un ayudante, las cuales tienen que realizar un trabajo previamente diseñado por un arquitecto, cuya identidad y cuyo trabajo no se conoce hasta unos minutos antes de dar comienzo el mismo. El concurso tiene una duración aproximadamente entre cuatro a cinco horas. Un jurado, compuesto por el redactor del trabajo, arquitectos y arquitectos técnicos, es el encargado de valorar los trabajos realizados.
Principalmente, el jurado tiene en cuenta a la hora de valorar el trabajo, su ejecución correcta, con las medidas del proyecto y la limpieza del mismo. Las personas que participan en este concurso provienen de las personas que participan en este concurso provienen de diversos puntos de la geografía nacional y algunos años han participado también cuadrillas de Portugal por lo que adquirió hace ya algún tiempo la categoría de concurso nacional de albañilería, uno de los más importantes de nuestro país.
Los materiales que se utilizan en este concurso son, básicamente, ladrillos, yesos y pequeñas herramientas auxiliar. Está prohibida la utilización de herramientas eléctricas o de batería. Especialmente mención merecen los premios que se les da a los ganadores, que van desde 4.000 euros, que se entregan a la pareja ganadora, los 3.000 euros a la segunda pareja clasificada y los 2.000 a la tercera pareja clasificada. También se entregan premios a la mejor cuadrilla chinata. Al resto de participantes se les entrega una pequeña ayuda económica con la que pueden financiar los gastos que les haya podido originar por participar en el concurso, como puede ser viaje, materiales etc.
Mención especial merece la inestimable colaboración con el Ayuntamiento de Malpartida de Plasencia de la Junta de Extremadura, de la Diputación Provincial de Cáceres, organizaciones empresarias de la construcción y empresas del sector de la construcción, que a través de ayudas económicas directas financian parte de los gastos del concurso.
Mañana espero incorporar algunas fotografías de las actividades realizadas durante el concurso de este año 2024.