POR ANTONIO BOTÍAS SAUS, CRONISTA OFICIAL DE MURCIA
El poder de aquellos lugartenientes era tan grande que incluso fueron proscritos por el Ayuntamiento.
Ustedes bien conocen sus nombres. Aunque quizá jamás se ha detenido un instante a reparar en ello. Pero sus vidas, en una medida evidente, depende de lo que ellos decidan. Nunca los verán en ningún medio de comunicación. Su objetivo es pasar desapercibidos, entre esas…