POR JUAN IGNACIO FERRÁNDEZ GARCÍA, CRONISTA OFICIAL DE CARTAGENA (MURCIA)
A principios de los años setenta del siglo pasado Cartagena no disponía de un recinto cubierto donde poder practicar deportes, un lugar a salvo de circunstancias meteorológicas adversas. Los primeros pasos para conseguirlo se dieron el 6 de septiembre de 1971, y así lo refleja este extracto del acta de la reunión de la Comisión Municipal Permanente del Ayuntamiento que decía así: «Dio cuenta el señor alcalde del proyecto de llevar a cabo la realización de un pabellón polideportivo en terrenos de propiedad municipal situado en el Ensanche de la ciudad, acordándose por unanimidad encargar la redacción del proyecto al arquitecto Francisco Antonio Martínez Jiménez». Al término de dicha reunión en el salón de actos del Palacio Consistorial el citado arquitecto presentó a los miembros de la Corporación municipal los planos del anteproyecto.
Con grandes titulares, la prensa local destacaba el hecho de que en su interior iban a poder practicarse hasta quince deportes, y que se podría convertir en un teatro para cuatro mil personas. Entre las modalidades deportivas se mencionaban el baloncesto, balonmano, tenis, voleibol, judo, kárate, halterofilia y el hockey, tanto de patines como de sala. Tampoco faltaba una bolera adaptable a la modalidad de los bolos cartageneros, juego de gran tradición en la ciudad.
Al ser un anteproyecto había ideas bastante llamativas que no se realizaron como la construcción de una piscina de 25 metros bajo la pista central, cuyo suelo sería móvil para poder utilizarla.
Hay que decir que en los planos se hablaba de ´Palacio Polideportivo´ y conocido es el refrán de que las cosas de palacio van despacio, pero desgraciadamente en este caso ni siquiera iban. Y no iban por cuestiones económicas, por eso hubo que esperar a 1974 para que la Delegación Nacional de Educación Física y Deportes aprobara una subvención al Ayuntamiento de 14 millones de pesetas, importe equivalente a la mitad del presupuesto total.
Por fin, el 19 de agosto de ese mismo año, las palas y máquinas explanadoras comenzaron su labor en el solar de 14.000 metros cuadrados de los que 6.000 formarían la superficie construida. A partir de ese momento la expectación en la ciudad fue en aumento esperando el ansiado día de su inauguración. Un día que tardaría en llegar pues la constructora encargada ´Carbajal y Torres S.L.´ disponía de 18 meses para ejecutar la obra.
Antes de la inauguración oficial se celebraron algunos actos en el pabellón como la I Jornada del Deporte o una representación de zarzuela, pero el mejor aperitivo fue la retransmisión del programa de Televisión Española Torneo, que dirigía el popular periodista Daniel Vindel.
Y por fin llegó el plato fuerte, nada más y nada menos que la final de la llamada Copa del Generalísimo de baloncesto disputada entre el Real Madrid y el Juventud de Badalona prevista para el 2 de mayo. Antes del inicio del partido, con la presencia de autoridades locales y provinciales, se procedió a la inauguración oficial y al corte de la cinta con la bandera española, operación que realizó el almirante Elizalde.
El título finalmente fue para el equipo catalán que acabó imponiéndose al madrileño por 99-88 y la copa fue recogida por el capitán del Juventud, Luis Miguel Santillana. Curiosamente menos de una década después este jugador fichó por el Cartagena de baloncesto y acabó entrenando y jugando en la pista de este pabellón que él inauguró hace ahora cuarenta años.
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