POR JOSÉ ANTONIO FIDALGO SÁNCHEZ, CRONISTA OFICIAL DE COLUNGA (ASTURIAS)
Increíble, pero cierto.
Cuando ayer escribí sobre la MISA DE PASTORELA de don Francisco, en Colunga, no podía sospechar la masiva respuesta a mi comentario que, en definitiva, revivía una etapa de la historia colunguesa que estimo de muy difícil, por no decir imposible rescate.
Animado por esta vivencia de los días navideños, y en añoranza de viejos tiempos, traigo a mi página otro de «los patrimonios religioso-culturales» de la parroquia de San Cristóbal el Real de Colunga: Los «DIÁLOGOS Y POESÍAS PARA NAVIDAD Y REYES» que año tras año escribiera la catequista doña Belarmina Montes y que finalmente recopiló como libro, editado en Gijón en 1961.
Son pequeños -y en ocasiones no tan pequeños- poemas destinados para ser recitados ante el Nacimiento Parroquial por niños y niñas del Catecismo. Su sencillez y ternura embelesaban al auditorio, especialmente a padres y abuelos de los actores, pues en muchos casos se identificaba a los niños o niñas por sus nombres y, claro, los aplausos y hasta las lágrimas estaban asegurados.-
Aún pecando de «pesado» por alargar mi trabajo, les transcribo dos poemillas del libro citado.
1.- EL FÍU DE DIOS.
«Cuando venía, Nenín, / voy contate, ya verás,
preguntome la Mabel: / ¿Mercedines, onde vas?
.- Corriendo pal Catecismu / dixi-y yo enseguidina
que al Nenín del Nacimientu / voy llevai una cosina.
.- Pero ella volvió decime: / Mira, non vas atrevete
porque adoralu baxaron / tres Reyes Magos de Oriente.
.- ¿Que no me atrevo? Ya, ya…/ como ellos voy visitalu
y llevai el corazón / y en les patines besalu.
¡Non faltaba más, Mabel / que non fuésemos les dos
a ofrecei el alma toa / al que ye el FÏU DE DIOS!»
2.-AL NEÑU DE BELÉN
«¡Mirai que cosa más mona!. / ¡Qué preciosu rapacín!
¡Mirai cómo es tá apuntando / pal cielu col so dedín.
Paez fechu de mantega / po lo suaviquín que está,
y de miel la so boquina / po la dulzura que da.
De gloria son los güeyinos / que cuando mira pa mi
pienso que toy en el Cielu / sin poder dime ´d´equí
Yo estoy chocha, rapacinos, / y cáeme hasta la baba,
que necesito un pañuelu / y bien grande pa limpiala.
Voy dir a «La Muyerina» / y voy a comprai un chupu
que dandoi cosa dulcina / a mi va quereme muchu.
¿Aspéresme un poquitín? / no te marches, ¡eh, salau!
que en dos saltino ya vuelvo / a poneme equí al to llau.
Diz la xente por ahí / que ties que dite pal Cielu,
Y a mi ¿vas dexame equí / tan solina sin consuelu?
Yo estaré siempre velando / aunque non duerma migaya
y si pal Cielu te vas / non será sin que yo vaya.
Vas ayudame a ganalu / mientras viva n´esti suelu,
viviendo en mi to los días / que yes mi mayor consuelu.
Y al cerrar los mios güeyinos / a la hora de la muerte,
que al abrilos a otra vida / seas TU mi eterna suerte.»
¿Verdad que son enternecedores estos poemillas tan llenos de infantil sencillez y devoción?
¡Ir a «La Muyerina» a comprar un chupu de caramelo!
«La Muyerina» , la tienda de golosinas regentada por doña Dolores Frade, conocida como «La Muyerina» y ubicada al lado de la Iglesia Parroquial. Fallecida Dolores, siguió en el negocio su hijo Adolfo, a quien todos, en «apodo heredado» llamábamos «el Muyerín».
Dolores «La Muyerina» y Elvira «La Rubia», dos «tiendas de chuches», la una al lado de la otra, que también perdió Colunga.
Mi Niño Jesús, en su cobijo de corcho, también nos recuerda los versos de «la Beli Montes, la catequista»:
«¿Non vos paez un milagru
que un rapacín tan pequeñu
haga que por visitalu
venga tanta xente a velu?
Mirai: hasta don Francisco,
que inventa los villancicos
que hablen de la humildá
pa los probes y los ricos»
¿Sabéis lo que pa nosotros
esta fiesta significa?
Ye que, naciendo el Neñin
a todos nos santifica.»
¡¡¡SEAN FELICES!!!