QUIEN MEJOR PUEDE EXPLICAR EL ORIGEN DE LA FAMA DE LOS PEPÎNOS Y EL NOMBRE DE «PEPINEROS» ES JUAN ANTONIO ALONSO RESALT, EL CRONISTA OFICIAL DE LEGANÉS (MADRID)
Ya no queda nada de los famosos cultivos, los que abastecían a los mercados de la capital. Los pepinazos quedan para el fútbol. Dos agricultores de 103 y 74 años rememoran tiempos hortelanos.
«Pepinazo en el Bernabéu».
Fue la última gesta deportiva del Club Deportivo Leganés, eliminar a todo un Real Madrid en su estadio en los cuartos de final de la Copa del Rey. La prensa deportiva lo tuvo fácil y utilizó el símbolo del club, su enseña más significativa (la mascota del equipo es un pepino), para ilustrar la hazaña del equipo. Pero ¿qué queda de las huertas que durante décadas estuvieron abasteciendo a los mercados centrales de Madrid?.
¿Sigue siendo Leganés, hoy, una de las grandes ciudades dormitorios del sur, la principal huerta de la región? Basta echar un vistazo por sus calles para ver que el ladrillo y los centros comerciales han sustituido al campo. Leganés, a doce kilómetros de la puerta del Sol, es la quinta localidad más poblada de la región, con 188.000 vecinos.
Las respuestas las tiene también Pablo Fernández, que a sus 74 años es con toda probabilidad el último hortelano del municipio. «Mi tatarabuelo, mi bisabuelo, mi abuelo y mi padre fueron agricultores. Yo también lo fui de joven, pero el crecimiento de la ciudad fue acabando poco a poco con los cultivos.
Estamos hablando de los años 70. Ya no quedan. Yo tuve que estar muchos años en una fábrica de tapones para cervezas. Cuando me jubilé volví al campo y me compré esta huerta de media hectárea». Fernández sí que puede decir que es el último pepinero. «Y el primero. Soy el socio número uno del Club Deportivo Leganés«.
Otro de los veteranos es Salustiano Toribio, de 103 años y 4 meses. Empezó a trabajar con 14 años la huerta, y así estuvo hasta que se jubiló. «En Leganés había huertas por los cuatro puntos cardinales. Había de todo, acelgas, espinacas, repollos, puerros, lechugas… quizá lo que menos había era pepinos.
Éramos la huerta de Madrid. Pozuelo era conocida por sus lechugas, Humanes por sus coliflores, Fuenlabrada por sus zanahorias, Ujena, en Toledo, por sus lombardas. Aquí teníamos de todo. Y abastecíamos a todo Madrid en el mercado central de Legazpi», explica Toribio, que conserva una memoria de elefante y una amena conversación. Toribio fue precisamente uno de los fundadores del equipo de fútbol en 1928. El único que queda vivo.
Pero sí en Leganés el pepino no era el producto estrella de la huerta. ¿Por qué lo de pepineros? «Por la historia del rey», señala intrigante Toribio. Quien mejor puede explicar el origen de la fama es Juan Antonio Alonso Resalt, el cronista oficial de Leganés. «Es por el médico de Felipe IV [monarca español del siglo XVII]. El rey solo quería comer pepinos de Leganés, porque eran muy suaves, digestivos y no le repetían.
Por eso su médico iba por los mercados de Madrid preguntando. ¿Dónde están los pepinos de Leganés?». Ya ven, el ‘rey planeta’ hizo famosos a los pepineros del municipio. Alonso Resalt coincide con Salustiano y Pablo. «Ya no quedan cultivos en el municipio. Mi suegro era hortelano y al final tuvo que poner una tienda de muebles. Solo quedan los huertos ecológicos que fomenta el Ayuntamiento».