POR PEPE MONTESERÍN, CRONISTA OFICIAL DE PRAVIA (ASTURIAS)

Nuestros pies son disparejos, apenas perceptible cuando somos niños y adolescentes, porque medio número en el zapato es la holgura de las hormas comerciales estándar, pero la diferencia empieza a apreciarse con la edad, cuando el pie izquierdo no mira lo que hace el derecho y emprende su propio recorrido, se desparraman los músculos, las falanges se estiran más allá de las zapatillas, el calcáneo cría sus propios espolones, el hueso navicular se remonta empeine arriba, el dedo gordo se desquicia y comparece el juanete. Los pies no son ya iguales ni son simétricos y por eso, entre otras zapaterías, existe la National Odd Shoe Exchange (Intercambio Nacional de Zapatos Sueltos), que permite comprar zapatos uno a uno. Yo, que soy de andar ecléctico, uso zapato inglés del 45 en el pie derecho, y guarache del 50 en el izquierdo. Mañana os hablaré de las tiendas de medio sombrero, para los Géminis.

Fuente: http://www.lne.es/