POR PEPE MONTESERÍN, CRONISTA OFICIAL DE PRAVIA (ASTURIAS)

En la película, oscura y soporífera, de James Gray, llaman “Z” a la última pieza del puzzle de la civilización. Es una mezcla deficiente de Herzog, con “Aguirre, la cólera de Dios”, y de Coppola, con “Apocalypse Now”, donde un militar con buena puntería no atina con la ciudad perdida, y no es de extrañar porque su expedición, río arriba por la selva, pasa hambre, lo nunca visto; buscan El Dorado y no encuentran ni berzas. Digo río arriba aunque sus balsas carecen de remos y remeros y suelen verse corriente abajo. El afán de curiosidad del cromañón, lo de doblar el horizonte, subrayan con una cita de Kipling: “¡Anda y busca tras las montañas. Hay algo perdido, aguardando que tú vayas!”. Y va Percy, y un sabio aborigen, que no es cromañón ni leyó a Kipling, ayuda al europeo obstinado porque cree que su espíritu merece un lugar de paz. Yo sostengo que “Z” es el Cielo.

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