HOY, REPOLLO CON MARISCO («BARATÍN»)

POR JOSÉ ANTONIO FIDALGO SÁNCHEZ, CRONISTA OFICIAL DE COLUNGA (ASTURIAS)

Mi lombarda verdiclara con mejillones gallegos y langostinos de «per ahí p´allá».

Las coles, esa gran familia de Brassica oleracea L, tienen nombres muy diversos según su forma, color, tamaño, localidad de cultivo… ¡qué se yo!

En Colunga llamamos BERCES a las coles de tallo mediano-alto, hoja ancha más o menos rizada y color verde claro o verdiamarillo; la BERZA GALLEGA y del OCCIDENTE ASTURIANO es de tallo alto, hoja ancha y color verde oscuro…

Las «coles de Bruselas» son pequeños repollitos que nacen alrededor del tronco y los REPOLLOS, propiamente dichos son coles que responden a la denominación Brassica oleracea var. capitata. Son de tallo corto, hojas cerradas sobre si mismas a modo de cogollo con forma esférica o picuda. El color puede ser verde (muy frecuente) o violáceo, morado; en este caso corresponde a la Brassica oleracea var. capitata fam rubra.

Es frecuente la denominación de COL LOMBARDA o simplemente LOMBARDA para este tipo de repollos morados.

En Colunga, ¡yo qué voy a hacer!, utilizamos la palabra REPOLLO a la variedad «capitata» de forma esférica; a la de forma picuda y color verde decimos LOMBARDA y a la variedad «capitata, familia rubra», LOMBARDA MORADA.

Bueno, bueno…

Pues hoy, un julio «primaveral» y sin ola de calor, me decidí (así lo ordenó mi mujer) por un guiso de lombarda verde con un «poqueñín de cascarines».

Buena idea porque «les berces y los repollos», de historia poco menos que inmemorial, gozan de grandes virtudes «sanitarias»: favorecen la secreción de leche en madres lactantes, aportan fibra y vitamina C, son diuréticas, no engordan y previenen los efectos de la «borrachez» como escribía Andrés de Laguna, médico del emperador Carlos V…

¿Y el marisquín?

Pues quizá no sea muy saludable, pero sabe muy bien.

Y además, ¡qué caray!, ahora hay «pastillines pa tou».

Lo malo del caso «son les perres que cuesta».

Yo me incliné por lo más asequible.

Pues les cuento mi receta.

Compramos una lombardina verdiclara como de 1 kg un poco abundante que, deshojada y lavada al agua fría, piqué tirando a lo fino.

Previamente habíamos «descabezado» 300 g de langostinos medianos, freímos esas cabezas, las machacamos y hervimos con agua.

En esa agua «alangostinada» cocimos la lombarda. Escurrimos.

Aparte, «abrimos al vapor» 1 kg de mejillones de Galicia (de «as Rías Baixas») y seleccionamos la carne.

Aparte también, y en sartén con aceite al fuego, doramos dos dientes de ajo picados en menudo y allí «dimos una pasadina» a los mejillones y a las colas de langostinos. Ya bien rehogadinos los pasamos al guiso de lombarda coloreando con un ligero toque de pimentón dulce de Extremadura (zona de La Vera).

¿Qué voy a contarles?

Yo no digo nada. Espero (y deseo) sus comentarios.

Sin Comentarios.

Responder

Mensaje