TEMPLO Y CONVENTO DE SAN PEDRO Y SAN PABLO VILLA DE ETLA, OAXACA. (MËXICO) SIGLO XVI

POR JORGE BUENO. CRONISTA OFICIAL DE OAXACA. (MÉXICO) MIEMBRO DE LA S.M.G.E.

Templo dominico de San Pedro Etla.

El día de ayer recordamos a Simón, aquel al que Jesús de Nazaret le pone pietro, piedra, Pedro y que tiene su templo dominico en la cercana población el Valle de Etla; al respecto escribe sobre Etla Juan B. Carriedo; ya que ahí nació y ahí murió como funcionario de Maximiliano: Era un paraíso zapoteca y la troje de los Reyes de Zaachila. También Burgoa nos dice; poéticamente “La risa de este valle parece efecto de la bendición de San Pedro, titular de la parroquia” y en su libro geografía descriptiva vuelve a hablar del tema diciendo que “Etla es lugar apacible y ameno”.

Nunca ha dejado de ser el Valle de Etla la despensa de la capital del estado, sigue siendo hoy en día el principal proveedor de frijol, maíz, alfalfa, frutas y harina que tanta fama le dio con el pan de burro, hoy llamado “Amarillo”.

Al mirar el valle desde las sedes o desde las alturas de San Juan del Estado antes San Juan del Rey, Don Hernán Cortés se admiró y enamorado de él, se lo pide al monarca en encomienda, petición concedida el 25 de noviembre de 1535.

Una vez que lo tuvo para sí, le enseña a los naturales el cultivo del trigo y construye unos molinos –los de lazo en 1535-.

La historia dominicana de la orden de predicadores, la ubica como fecha de llegada a Oaxaca, el 15 de agosto de 1528 que es la fecha en la que se hace presente la orden dominica en lo que ellos llamaron “La nación Zapoteca”, habitada por los ZAE, llegan a este gran valle los Dominicos Gonzalo Lucero y Minaya conociéndolo en su paso a la Villa de Antequera; llamado por los lugareños “Loohvanna” (lugar de mantenimiento) y llama su atención un asentamiento de gran importancia, llamado por ellos Etltlan, (lugar de frijol), el mejor lugar es el elegido para la edificación de una Vicaria de la Orden Dominica; por ser esta una población ya definida, contar con un día de mercado prehispánico establecido.

San Pedro Mártir.

Con núcleos de población a su alrededor, con un censo de cerca de 2000 habitantes. Con una ubicación de fácil acceso, ya que el camino “Real” atravesaba la población, los nombres de los asentamientos son escritos por los frailes como los oían de los lugareños. Ellos cambian el nombre de Etl-tlan por el de E-TLA, y se respeta el día miércoles de la semana como día de “Mercado” exactamente como ancestralmente se hacía, y se sigue haciendo. La población de Etla, se transforma a través de los siglos en un gran centro de evangelización, ya que en el virreinato era un paso obligado hacia Yanhuitlan, Teposcolula, Tlaxiaco, Oaxaca, Tlacolula y demás conventos y templos conocida ahora como la ruta dominica.

El primer asentamiento dominico en la zona del distrito, fue en el paraje llamado “La Natividad”, (actual Nativitas, Etla) ya que se encontraba muy cerca del camino “Real” que la unía con Teozapotlan (Zaachila) con su frontera Huajizoo y este con el camino a la capital del Imperio Azteca, después la nueva España pero con anterioridad la Orden Dominicana tenía presencia en lo que sería la Villa de Etla, con pequeñas construcciones desde el año de 1538 aproximadamente y a una distancia de 500 metros del actual templo.

La información en el templo nos dice:

Fue la primera edificación vernácula e improvisada, a base de adobe y material perecedero, en donde Vivian dos frailes, el Vicario y su Doctrinero, debido a un lamentable accidente en 1575, ahí tuvo el drama de venirse abajo el techo ocasionando la muerte del vicario Fray Alonzo de la Asunción y 120 feligreses aplastados por un jacalón, lo que motiva la aceleración de los trabajos del nuevo templo, que estaba en proceso desde 1550, fecha en la que se contaba con el proyecto de edificación de un templo y convento de grandes dimensiones ya que en 1554 el Virrey Don Luis de Velasco (1550-1564) informa al soberano español Carlos I que la techumbre del templo de la orden mendicante Dominicana, de la Villa de Etla, será de madera, debido a la alta sismicidad de la zona.

Para la edificación fue necesaria la construcción de un acueducto, ya que si bien existía el suficiente liquido en la zona, este surtía la zona baja y la edificación se realizaría en la parte más alta de este pequeño valle, para su edificación es elegido primeramente un sitio que se encuentra a 50 metros al norte del actual, no se saben el porqué de su cambio al sitio en donde se localiza actualmente, esta obra estuvo bajo la dirección de Fray Juan de Mata muy probablemente.

El templo desde su concepción está dedicado al Príncipe de la Iglesia, San Pedro, se inician los trabajos oficialmente el 20 de febrero de 1570, aunque hay indicios que desde 1550, siendo virrey Don Martin Enríquez, quien solicita al Arq. Claudio de Arciniega cantero mayor de la Obra de la Nueva España, que realice los ajustes al proyecto original presentado, ya que este era demasiado suntuoso, resultando el proyecto tal como lo conocemos ahora, consta de tres espacios arquitectónicos, definidos: Atrio: de grandes dimensiones totalmente almenado y con cuatro Capillas Posas en cada uno de sus extremos, un Portal de Peregrinos (asistencia a los necesitados) y Calzada. Templo: está formado por Entrada, Soto-Coro, Nave principal, Presbítero, Sacristía, dos torres o campanarios, y el Convento: una Portería, Ante-portería, Ante-Sacristía, Claustro Bajo y Alto, sala capitular, Comedor, Cocina, Almacén, Salón de Profundis, Celdas (18), Enfermería, Biblioteca, Salón de Domina, Coro alto, Celda del Prior y Servicios.

El exterior del Convento Albergaba: La huerta del convento que contaba con terrenos equivalentes a 16 hectáreas, en 1620 es aceptado por la provincia como convento y se designa a un Prior, la obra fue concluida, totalmente pintada y decorada bajo la dirección del Maestro Juan de Arrué, alumno que fue de Andrés de la Concha con su hermosa techumbre artesonada, obra del Maestro Carpintero español Don Sebastián García.

El Retablo fue proyectado por su prior Fray Jerónimo Moreno, y elaborado probablemente por el maestro Blas de los Ángeles Sagrario, posteriormente en 1636 con la construcción del Claustro Alto y Bajo, ejecutado bajo la dirección del Arquitecto Fray José Calderón, en un tiempo record de 14 meses, que para testimoniar tal proeza se colocó una placa que lo conmemora (columna central del lado poniente del claustro) con ello se dan por terminados los trabajos, de esta joya arquitectónica en suelo zapoteca 1570-1636, un sin número de frailes dominicos pasaron por esta casa desde el año 1553, todas personas de amplia cultura, egresados de las Universidades Españolas en Boga, la mayoría españoles de noble cuna: arquitectos, ingenieros, botánicos, lingüistas, muchos de ellos santos, entre los que destaca Fray Jordán de Santa Catarina. (Hasta aquí el Arq. Aurelio Reyes Ramírez). Añado a Fray Bartolomé de las Casas, etc…

Ese convento esbelto y elegante llegó a tener dieciocho celdas de buen tamaño, razón por la cual se realizaron varios capítulos de la orden Dominicana, en su enorme coro cabían 260 religiosos y su sala de profundis de las más bellas estaba –toda profusamente pintada de follaje de colores- que vino a ser la más hermosa de la provincia de San Hipólito, fue ocupado a principios de la república como tercera cede del 2° congreso del estado siendo párroco D. Antonio de Arango, ya en Etla la legislatura dictó el siguiente Decreto: Se dispone la traslación del Congreso a la Villa de Etla, el segundo Congreso Constitucional del Estado, Art.1. el Congreso del Estado traslada a la Villa de Etla sus sesiones para deliberar sobre los objetos a que ha sido convocada la Legislatura. 2° como consecuencia el Vice Gobernador del Estado se trasladará sin pérdida de momento con el secretario del Despacho y oficiales que juzgue absolutamente necesarios para el desempeño de los negocios del gobierno, dado en la Villa de Etla, a 24 de diciembre de 1827.

Villa de Etla, bombonera pequeñita y colonial, eres risueña e ideal, junto a la verde Antequera. Prof. Francisco Ruiz García.

“Del corrido calenda”: La calenda es cacho de alma versos de tierra abajeña, canciones del corazón de la gente oaxaqueña. Fernando Ramírez de Aguilar. (Jacobo Dalevuelta)

Oaxaca de Juárez (México), 30 de Junio de 2019

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