EL AYUNTAMIENTO DE OVIEDO REALIZARÁ «UNA ACTUACIÓN INTEGRAL» PARA RECUPERAR EL CAMPO • ANALIZAR EL «ESTADO DE SALUD DE LOS ÁRBOLES», ARREGLAR EL KIOSCO DEL BOMBÉ O QUE LAS FUENTES FUNCIONEN, ENTRE LOS OBJETIVOS

SE HA TRANSFORMADO, DICE LA CRONISTA, CARMEN RUIZ TILVE, EN UNA SIMPLE ZONA DE PASO CUANDO HACE NO MUCHOS AÑOS ERA EL ESPACIO DONDE SE CRIABAN LOS NIÑOS OVETENSES

Una vista general del Campo de San Francisco, el Ayuntamiento quiere que vuelva ser un «lugar emblemático». / FOTOS: ALEX PIÑA

El kiosco de la música lleva cinco años andamiado y el de la Chucha permanece cerrado y repleto de grafitis; las fuentes están apagadas; el mosaico del paseo de Los Álamos, obra de Antonio Suárez, se ha parcheado con pegotes de cemento; y hay árboles que se teme que puedan caer; también, hay señales que identifican las especies arbóreas que están rotas. Este es el estado en el que se encuentra el Campo de San Francisco, pulmón verde de la ciudad. El equipo de gobierno quiere revertir esta situación. Acometerá, según apuntan fuentes del Partido Popular, «una actuación integral» para «recuperarlo como un espacio emblemático».

Entre los planes figura analizar el «estado de salud de los árboles», ya que se teme por la estabilidad de alguno. Recuerdan muy bien que hace un año y medio, coincidiendo con el temporal ‘Bruno’, un árbol cayó sobre la antigua oficina de turismo, el popular Escoliarín, destrozando por completo su parte acristalada y causando importantes daños en el tejado. También se llevó por delante una de las farolas isabelinas de la calle Marqués de Santa Cruz, pero por fortuna no hubo heridos. No obstante, no ha sido el único percance, por lo que cada vez que hay vendavales, el Ayuntamiento prohíbe el paso por el Campo, aunque no todo el mundo cumple la restricción. Por ello, evaluarán cada ejemplar para evitar sustos.

Otra de las mayores preocupaciones, según las fuentes consultadas, es el estado del kiosco de la música, obra de Juan Miguel de la Guardia. Andamiado desde hace cinco años, el anterior equipo de gobierno consiguió desbloquear la situación a pocos meses de las elecciones. Liquidó el contrato de las obras y dio luz verde a la reclamación de 46.059 euros a la empresa MC Conservación y Restauración por daños y perjuicios. Una resolución para abrir la puerta a la licitación de un nuevo proyecto. Las cifras: 201.000 euros y un periodo de ejecución de cinco meses. Ahora, el equipo de Alfredo Canteli quiere impulsar la obra.

El plan del tripartito

La reordenación el entorno del Campo fue uno de los planes estrellas del tripartito para evitar su condición de rotonda, de distribuidor del tráfico, que lo aísla de la trama urbana, y unirlo a las plazas de la Escandalera y de España, dando protagonismo al peatón y la bici. La intención del exconcejal de Urbanismo, Ignacio Fernández del Páramo, era que las obras comenzasen el año pasado. Ocho empresas se presentaron al concurso de ideas para reordenar el Campo, pero ha habido aún ganadora. El nuevo equipo de gobierno estudiará este plan, pero de momento no ha tomado una decisión. Por lo pronto, busca «mejorar» el Campo hacia dentro.

La renovación de las señales para identificar la flora y los equipamientos también viene del equipo de gobierno anterior. La anterior concejala de Servicios Básicos e Infraestructuras, la socialista Ana Rivas, presentó días antes del cambio de gobierno el nuevo diseño de las señales, pero que puede sufrir pequeñas modificaciones. El Principado ha hecho dos objeciones al proyecto: una es el exceso de señalización y otra, la sustitución del color azul de las señales por el verde, acorde al entorno.

Pavimento y las fuentes

Mientras, los ovetenses urgen mejoras. Se ha transformado, según siempre dice la cronista, Carmen Ruiz Tilve, en una simple zona de paso cuando hace no muchos años era el espacio donde se criaban los niños ovetenses. El mayor problema, para Amalia González, es el «pavimento». Urge «mejoras» para evitar tropiezos. Tampoco está de acuerdo con la ubicación de la escultura de San Francisco de Asís, quiere que se devuelva a su lugar original. El Campo «no está abandonado», dice Cristina de Teresa, aunque necesita mejoras. «Las fuentes están ahora apagadas cuando siempre estuvieron encendidas, el aguaducho está hecho un churro y deberían sacar más partido a la antigua sede de la escuela de hostelería y que fuese un bar», enumera para a renglón seguido urgir el acabado del «arreglo del kiosco de la música». Cuestiones que están, todas ellas, en mente del equipo de gobierno. Una opinión parecida tienen Olga Alonso y José Manuel Díez: exigen la construcción de un «kilometrín para correr». Mientras Emma Viejo quiere que se instalen «mesas» para poder hacer «picnics».

Fuente: https://www.elcomercio.es/ – ROSALÍA AGUDÍN

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