DÍA DE LA MADRE

POR JOSÉ ANTONIO FIDALGO SÁNCHEZ, CRONISTA OFICIAL DE COLUNGA (ASTURIAS)

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El próximo domingo, primero de este mayo florido y hermoso, los españolitos (con o sin crisis) celebraremos el DÍA DE LA MADRE con nuestro «regalín, flor y beso» en signo de gratitud a quien nos da todo en entrega de amor.

Hay que remontarse a los tiempos de la Grecia clásica para conocer los orígenes de esta fiesta, «inventada» en honor de Rea, madre de Zeus y de Poseidón. De Grecia pasó a Roma y desde Roma al resto de Europa… y del mundo.

La Iglesia católica «cristianizó» esta celebración para honrar a María, madre de Jesús, y por extensión, madre de todo el género humano, fijando su fiesta el 8 de diciembre, coincidiendo con la de la Inmaculada Concepción.

Vayamos ahora a nuestra España. Es en 1934, tiempos de la II República, cuando se funda la Sección Femenina de Falange Española, entidad política de índole ultraderechista y un tanto fascista que conceptuaba a la mujer «como madre, esposa sumisa y forjadora de valores patrios que debía inculcar en sus hijos».

Al terminar la guerra civil (año 1939) y «refundada» la Sección Femenina como de FET y de las JONS, a propuesta de su jefa máxima, Pilar Primo de Rivera, el general Franco, Jefe del Estado, instituye oficialmente el DIA DE LA MADRE y marca su fecha en la tradicional de la Iglesia: el 8 de diciembre.

Según las «enseñanzas» de la Sección Femenina, los españoles debemos honrar a tres madres: la del cielo, la de la Tierra (la nuestra) y la Madre Patria; la veneración a la primera se amplía a las demás».

Pasó (afortunadamente) el tiempo y las ideas han cambiado (también afortunadamente). Ya no hay campeonatos, ni fiestas campestres organizadas, ni desfiles brazo en alto, ni «Vivas» a la Madre Patria… Hasta la fecha también se modificó, centrándola ahora en el «primer domingo de mayo».

Lo que no debe cambiar, sino -a ser posible- aumentar , es nuestro sentimiento de amor a la madre -a la mamá-; sentimiento demostrado en un beso, una flor y en un detallín. No hace falta gastar dinero.

El beso sale del corazón y lo regalan los labios; la flor nos la brinda la naturaleza y el «detallín» lo diseñará nuestra imaginación.

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