SAN JOSÉ OBRERO Y DIA INTERNACIONAL DEL TRABAJO

POR JOSÉ ANTONIO FIDALGO SÁNCHEZ, CRONISTA OFICIAL DE COLUNGA (ASTURIAS)

Demos un viaje en el tiempo pasado ya remontémonos a los inicios de la segunda mitad del siglo XIX. Comenzaba la era de la industrialización, especialmente en países técnica y económicamente muy avanzados como Inglaterra, Francia, Alemania, Estados Unidos…, y las condiciones laborales de los trabajadores eran francamente deplorables. Las reivindicaciones económicas (salarios) y laborales (jornadas de 8 horas, condiciones higiénico sanitarias en lugares de trabajo…) eran frecuentes y, en casos, violentas; como así sucedió en Chicago (USA) en los finales del XIX. Una huelga general, convocada para el 1 de mayo de 1886, en Estados Unidos consiguió que muchas reivindicaciones fueran atendidas por la clase empresarial y por el propio Gobierno, lo que condujo a que se instituyera el 1 de mayo como DÍA INTERNACIONAL DEL TRABAJO.

En tiempos del papado de Pío XII, la Iglesia, atenta a la posible «cristianización» de esta celebración, instituyó el 1 de mayo de 1955, la fiesta de SAN JOSÉ OBRERO, haciendo coincidir ambas actividades: la profana y la religiosa.

Vivimos malos momentos económicos, sociales y laborales; momentos que para muchas familias se acercan a situaciones de pobreza grave. Hace unos días TINO LOZANO colgaba en su muro de FB. este texto que me dejó impresionado: «Quiero ser fiel a mis principios de no poner fotos de comida en solidaridad con los que no tienen comida ni para la foto».

Yo, que en ocasiones presento platos como exponente de un costumbrismo asturiano muy vivencial, hoy seguiré el consejo de Tino. Sí deseo a todos los trabajadores en activo, a los trabajadores en paro, a los pensionistas… un ¡feliz día del TRABAJO!

Y los que somos creyentes invoquemos a San José para que «nos eche una mano» en pro de lo que ahora se llama «población activa».