HABAS, FABONES, FABES DE MAYO

POR JOSÉ ANTONIO FIDALGO SÁNCHEZ, CRONISTA OFICIAL DE COLUNGA (ASTURIAS)

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Parodiando aquella canción, creo que la interpretaba Karina por los años de mi juventud, bien podemos decir en estos inicios de mayo: Aquí están, vienen ya, tan felices…

¿Quiénes vienen?

Pues les FABONES, les FABES DE MAYO.

Y antes de seguir, permítanme aclarar un concepto: Las HABAS, FABONES o FABES DE MAYO , corresponden a la especie botánica Vicia faba L., planta de origen europeo; y nada tienen que ver con las ALUBIAS o FABES (Phaseolus vulgaris L.) venidas a España con el Descubrimiento de América.

Dioscórides, en su Materia Médica (Libro II), cita algunas propiedades medicinales de las habas («siete chinches de lecho metidas en la cáscara de un haba y tragadas antes del paroxismo aprovechan a las cuartanas»); y muchos de sus traductores, como Andrés de Laguna, el que fuera médico del emperador Carlos V, son muy explícitos al respecto: «Las habas, comidas, engendran muchas ventosidades y restriñen el vientre; y ansí necesariamente irritan la sensualidad de la carne estimulando a luxuria…».

En realidad, el bueno del Dr. Laguna lo que hace es justificar la norma que Pitágoras aconsejaba (imponía) a sus discípulos: «A pulmentario fabaceo Pythagoras abstinuit», puesto que como decía Dorstein (1540): «Fabis plurimum vescenti impuros generant humores».

Y en Asturias ¿se comen habas (fabones)?

Sabemos que, al menos desde el siglo VIII, sí. Lo documenta la carta fundacional del Monasterio de Obona (en Tineo), redactado en los últimos años de ese siglo. En él se dice que el abad debe dar a los empleados del convento, en el día que fueren llamados al trabajo, «pan, miel, ración de habas y sidra, si puede ser» («portionem favas, et milli, vel de alia adulia, et sicera si potest esse»).

Por tierras de Levante y del Sur gustan de las habas tiernas («habitas») complementadas con un sofrito de «salao» (jamón, tocino entreverado, panceta…); en ASTURIAS disfrutamos con un guiso de patatas y fabones enriquecido con un sofrito de ajo, cebolla, pimentón y chorizo desmenuzado.

¡Oiga! ¿Y a les fabones se las debe eliminar, además de la vaina, el tegumento que envuelve a la semilla?

Yo sí lo hago; otras personas prefieren mantenerlo… Así que, como siempre, «en cuestiones de gusto / nadie dispute; / que para ser de gusto, / basta que guste».

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