LOS BUSCADORES FURTIVOS DE RESTOS UN PELIGRO PARA LA ARQUEOLOGÍA ACTUAL

POR JOAQUÍN CARRILLO ESPINOSA, CRONISTA OFICIAL DE ULEA (MURCIA)

En una entrevista realizada por La Verdad el día 14-3-1973, el delegado local de excavaciones arqueológicas de Ulea, Nicomedes Carrillo Garro, informa sobre los trabajos realizados desde el mes de abril de 1970, en esta materia:

Ulea tiene una gran riqueza arqueológica y, por eso, cada vez es mayor el número de buscadores de esos preciados trofeos. Sin embargo, este atractivo conlleva grandes peligros pues a la ciudad acuden gran cantidad de buscadores furtivos que, a veces, destrozan los restos arqueológicos que encuentran y otras los roban.

Preguntado sobre el origen de Ulea, responde: Es difícil determinar, sin embargo por los estudios realizados a los restos arqueológicos encontrados podemos decir que se remonta a la época ibérica, entre los siglos III y IV después de Cristo. Los restos encontrados de esta civilización en el Peñón del Salto de la Novia y en la planicie de la ladera del monte El Castillo, así lo atestiguan. Bajo la dirección del Consejero Provincial de Bellas Artes, Manuel Jorge Aragoneses se hicieron los estudios pertinentes que dejaron al descubierto un poblado romano en dicho emplazamiento.

Preguntado sobre los restos encontrados, respondió: Una habitación bodega con cuatro tinajas de gran cabida. Otra habitación destinada a molturación de cereales con cuatro molinos de piedra. El piso de esta habitación apareció cubierto con una capa de harina de unos cuatro centímetros. En uno de los molinos, al ser desmontado, aparecía gran cantidad de harina y granos de cereal sin molturar. Aparte aparecieron gran cantidad de ánforas, cerámica típica romana, lucernas, cencerros, estiletes, herraduras, etc.

Al hablar de arqueología, Nicomedes no puede omitir el recuerdo del fallecido Antonio Valiente Atué, gran admirador de su pueblo y fiel pregonero de la riqueza arqueológica que encierran el paraje del Salto de la Novia y la montaña El Castillo de Ulea.