¡¡QUE TE VAYA BONITO!!

POR JOSÉ ANTONIO FIDALGO SÁNCHEZ, CRONISTA OFICIAL DE COLUNGA (ASTURIAS)

11026126_835643583190866_519538035951550568_n

Cuando yo era rapaz, allá en tiempos de la dictadura «dura», a los protagonistas de una película les llamábamos «el mocín» y «la mocina».
Más aún, cuando pretendíamos censurar a alguien que buscaba destacar en un grupo, le decíamos: «¡Oye, ho! Tu, ¿qué ye? ¿Vas de mocín, o qué?

También «in diebus illis», para despedirnos bastaba un «¡adiós!» o un «¡hasta luego!».

¡Ay, amigos! Los tiempos cambiaron, y cambiaron tanto, que uno, ya viejo, no entiende el lenguaje de la modernidad.

Actualmente la gente se despide en chino diciendo «chao-chao» o deseándose esa cursilada que dice «¡Que te vaya bonito!».

¡Ah!

Y a los protagonistas actores y actrices se les denomina «star» (estrella), y si se reúnen varios en un evento social y festivo, estamos hablando de un «star’s light» (brillo de estrellas).

No, si por algo pregono repetidamente aquello de ¡odio al inglés, enemigo de nuestros padres!
Bueno, pues nuestra estrella y mocín de hoy es el BONITO DEL NORTE, ese túnido que «veranea de invierno» por la zona de las Azores y que desde junio a comienzos de octubre busca nuestras aguas del Mar Cantábrico para estar «más fresco» y gozar de buenos banquetes de anchoas.

Nuestro BONITO DEL NORTE, el de aletas pectorales tan largas que le llegan hasta las pínulas dorsales, es el pez más representativo y destacado de la cocina asturiana veraniega.

Su carne, de color rosado claro, recibe gustosa todos los modos de asado, todas las salsas, todos los guisos, todas las frituras, todos los procedimientos de conserva…

Yo, ayer, lo preparé así en salsa de champiñones:

Dos gruesas rodajas de bonito, de unos 400 g cada una, se dividen en cuatro trozos eliminando las espinas y las zonas músculo-pardas centrales.

Se salpimentan, frién vuelta y vuelta, y se disponen en una cazuela.

En ese aceite de fritura se hace un pisto de cebolla, pimiento y tomate.

Aparte, en sartén con aceite, frién ligeramente unos champiñones grandes laminados más bien gruesos; se suman al pisto, se riega con un buen chorro de vino blanco y da unos hervores.

Todo este salsamento se lleva a la cazuela de bonito, se añade un poco de caldo de pescado si fuere preciso, y da unos breves hervores a fuego medio.

Se emplata adornado con champiñones grandes enteros y unos tomatitos.

Después, al finalizar la comida, el saludo obligado será decir: «¡QUE TE VAYA BONITO!».

Sin Comentarios.

Responder

Mensaje