ÑOCLA, BOROÑÓN O CENTOLLU D´ASAR

POR JOSÉ ANTONIO FIDALGO SÁNCHEZ, CRONISTA OFICIAL DE COLUNGA (ASTURIAS)

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Tenía yo unos amigos, que a su vez lo eran de pescadores, y que ocasionalmente eran obsequiados por estos cuando capturaban alguna ñocla atrapada en la redes.

Mi sorpresa fue cuando, estando un día en el muelle de pesca, oí decir al patrón del barco: «Oye, manín; non ye por nada, pero non regales tanta ñocla a la xente, que luego avécense».

Eran aquellos tiempos cuando las nocas, o bueyes de mar, gozaban de poco aprecio y la marinería, ante su escasa demanda, optaba por «tiralos a la mar».

Ahora, como dicen por Luarca, «van pol cielo».

La noca, ñocla, buey de mar, boroñón o centollu d´asar es el Cancer pagurus L; que es lo mismo que decir «cangrejo de cola oculta». Lo de buey de mar se debe a que sus grandes y gruesas pinzas delanteras se asemejan a la cornamenta de un toro. Lo de boroñon, por la forma elíptica de su caparazón, recuerda a la borona o pan de maíz. Y lo de noca o ñocla deriva del latín vulgar «nauca» (contracción de «navicula») con significado de barqueta pequeña.

¿Por qué centollu d´asar?

Esta denominación es específica de Tazones (Villaviciosa de Asturias), puerto marinero donde desembarcó accidentalmente el rey Carlos I para hacerse cargo del trono de España.

En Tazones, desde tiempos de «cuando ni se sabe», hicieron tradición del ASADO DE ÑOCLA A LA LEÑA; tradición hoy perdida y en cierto modo recuperada por Leni, en su restaurante LOS PISONES, modificando el asado a la leña por el asado a la plancha.

La carne de la ñocla es un pelín menos sabrosa, o más insípida, que la del centollo; por eso conviene cocer al animal con un «puntín» más de sal y aromatizar con una hojina de laurel.

Aunque «lo mejor de lo mejor» es realizar la cocción junto con tres o cuatro erizos de mar (oricios, arcinos, arancinos, aleznes) del pedreru.

¡Ah! Y el «carru» de la ñocla compleméntelo con huevo duro picado y un chorrín de fino andaluz.

Está delicioso.

Finalmente, usen ese «carru», ya casi vacío, como recipiente para beber sidra.
La sidra les sabrá, si cabe, mucho mejor.

¡Pero, ojo!, sean moderados en la bebida; pues como muy bien advierte el cantar:

De sidra por un centollu
cogí la gran borrachera…

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