AVEMARÍAS Y NUECES, POR DIECES

POR JOSÉ ANTONIO FIDALGO SÁNCHEZ, CRONISTA OFICIAL DE COLUNGA (ASTURIAS)

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El ya pasado «vientu les castañes», del que hablamos en su momento, también dejó su impronta en los nogales y en su regalo de fruta (mejor, de semilla), las nueces. Indico lo de semilla porque su cubierta carnosa, el escuezno (que en Colunga decimos «muergu») no es comestible. Sirve, eso sí, para delatar con su «pintura» en las manos a los que «anden a elles», que es un modo de designar con disimulo a los ladronzuelos.

Son muchos los refranes que adornan a las nueces.- Aquel viejo dicho, con antigüedad de al menos el siglo XIV, de que «Más es el ruido que las nueces» lo aplicaba Gonzalo de Ávila (siglo XV), en sus coplas, a aquellas gentes que frecuentemente dicen, en su presunción de saber, auténticas majaderías:

«Vuestras famas d´entendido
son rrafeces
y soheces;
hablando con rreverencia.
Ca mayoor es el rruydo
que las nueces»

Otro refrán, también muy asturiano, afirma que «pan con nueces, y amor mil veces». No obstante lo acertado del dicho, yo no aconsejo seguirlo.

¿Por qué?

Pues porque estas situaciones de amor y enamorados terminan frecuentemente «al verde y a la escondida de un árbol»; y, claro, si el árbol «ye una nozal», hemos de incidir en lo que advierte el refrán «So la sombra de una nozal no te pongas a recostar».

Todo tiene su explicación, pues (así decimos en mi pueblo) «tou cae en copla y tou ye verdá».

Verán:

Las partes verdes del nogal (corteza, hojas, escueznos …) contienen hidroyuglona que, al descomponerse ramas y hojas en el suelo, se transforma en los ácidos gálico y pirogálico, con desprendimiento de monóxido de carbono (CO), en pequeña cantidad. Este gas es muy tóxico y respirado en dosis pequeñísimas, como es el caso, produce somnolencia, dolor de cabeza, náuseas… Ya lo saben

La tarta de nuez es uno de nuestros postres más tradicionales; y más antiguas aún, con posible origen romano, son «les casadielles». No faltan quienes opinan que la palabra «casadiella» deriva de la latina «capsula» en su significado de cajita o pequeño cofre.

A mí, ¿qué quieren que les diga?, como más me gustan las nueces son «en verde», recién recolectadas en su caída del árbol. Después, en orden de placer, las disfruto como complemento de una cuajada, que es lo que llaman el «postre del güelu».

Las receta me la dio un fraile benito, responsable de la cocina del Monasterio de Valvanera (La Rioja).

Se disuelve en 1 litro de agua a 60º C un paquete de 250 g. de leche desnatada en polvo de Central Lechera Asturiana. Se añade una cucharada de cuajo líquido (se compra en algunas farmacias) y un puntín (una «sospecha», dicen algunos) de sal. Inmediatamente se distribuye en tarrinas y va al frigorífico.

Para servir, se rocía la cuajada con una finísima capa de miel y se espolvorea superficialmente con nueces, picadas en fino, previamente tostadas en el horno.

¡Ah!

Lo de rezar diez Avemarías y comer 10 nueces antes del desayuno va muy bien para combatir al colesterol malo.

Bueno, eso dicen los que saben…

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