POR APULEYO SOTO, CRONISTA OFICIAL DE BRAOJOS DE LA SIERRA Y LA ACEBEDA (MADRID)
Como curioso, ninguno más que el esposo cuando la esposa se hace la osa.
El que lo mucho aprecia, a lo poco desprecia.
Panza en casa y contento, que lo demás es cuento, dice el que no encuentra asiento.
Letrado ser no es solo de pleitos entender, sino saber leer y comprender.
El hombre, cortés, y la mujer, tal cual es: No hay otra manera de llevarse bien a gusto… de la compañera.
La mujer es a la vez cáscara vana y fruta galana: nuez.
Ceder ante la mujer, cobardía nos puede parecer, pero gran valentía es tener que callarse cada día frente a su proceder.
Puerta cerrada, que afuera no pasa nada, y si pasa, vuelta a casa.
¿Discusiones? No con las mentes, con los corazones.
Amor mío, le dijo un día. Y con el otro venía.
Masculino, femenino, dos maneras de nacer. Juntarlas es lo que hacer.
(Y mañana, más. La libertad de expresión consiste en darle rienda suelta al caballo desbocado de la imaginación)
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