CALENDARIO FESTIVO-RELIGIOSO, EN VILLANUEVA DEL ARZOBISPO (JAÉN). LA COFRADÍA DE ÁNIMAS EN NAVIDAD

POR MANUEL LÓPEZ FERNÁNDEZ, CRONISTA OFICIAL DE VILLANUEVA DEL ARZOBISPO (JAÉN)

Sim+¦n Nieto.- +Ültimo Hermano Mayor

He comprobado como las cofradías de Ánimas, celebraban de forma especial en Navidad y, el día 28 de diciembre, La Fiesta de los Santos Inocentes, días en que alteraban la vida de la localidad y pedían limosna.

Simón Nieto, nacido en febrero de 1891, falleció en enero de 1987 y su hermano Francisco, nació en julio de 1903 y falleció en enero de 1998. Tuve varias charlas con ellos en 1980, y posteriormente, acompañando a Manuel Amezcua y a Antonio González, que fueron de gran interés para conocer la tradición de las Ánimas, a través de la aportación oral de ambos. La fiesta y petición, especialmente en los días navideños celebraba de la siguiente manera:

BAILE DE ÁNIMAS

Paco Nieto--La Tradici+¦n Oral

Con la denominación de Baile de Ánimas se englobaban varios días de celebración, diferentes entre sí, con sus correspondientes fiestas y ritos. El día de Nochebuena salía un hermano vestido de “mojiganga” (de mujer) que subido en un borrico- de aquí que se le conociera con el nombre de “el tío del borrico”, recorría todas las esquinas del pueblo pregonando y sermoneando a la gente, ya que se avecinaban los días de los animeros.

El día veintiséis de diciembre, fiesta de San Esteban, se requería a los animeros y después a la autoridad.

El veintisiete los hermanos de ánimas recibían del alcalde y autoridades de la villa los “bastones de mando”. Así daba comienzo la tradicional “Noche de la Queda”, que recordaban con gran ilusión.

Tacill de +ünimas 1

A partir de las ocho o nueve de la noche del veintisiete hasta la mañana del veintiocho los hermanos animeros se convertían en los “¡auténticos amos del pueblo!”. Gozaban de poder para denunciar a cualquier vecino del pueblo por actos sin importancia: tener la puerta de la casa abierta a partir de las doce de la noche, salir a la calle… todo en un plan jocoso, y con el fin de conseguir limosna para la Hermandad. El casino era uno de los lugares que visitaban esa noche. Con la autoridad que les confería el bastón del alcalde y con el gesto de poner éste encima de la mesa de juego, lo detenían y exigían “de buenas maneras”, un aguinaldo para las ánimas benditas.

El día veintiocho era costumbre que los hermanos fuesen a la “Fuente Vieja” acompañados de orquestas y coro (monaguillos alquilados). En este lugar se hacía beber o bailar a los que por allí transitaban. Si por casualidad alguno de ellos se negaba se entablaba una subasta en la que se ajustaba una determinada cantidad que debía pagar.

En uno de los documentos del Archivo de la Catedral de Jaén, se narraba uno de los casos ocurridos en esta villa: “Hubo una causa criminal contra Marcos Torrubia, presbítero de la orden de San Basilio, porque tuvo el atrevimiento y desvergüenza de ofrecer cuatro reales de limosna, si hacían que el cura Juan de Mata se orinase en la tacilla de ánimas que llevaban para las limosnas”.

La Hermandad seguía pidiendo por las casas de la villa, hasta el día seis de enero. Este día de Reyes, las monjas dominicas regalaban a los hermanos una tarta grande- “Torta de Dulce”, que se rifaba entre los vecinos. El afortunado ganador recibía la “Torta”, en su casa con acompañamiento de la orquesta de ánimas. La Hermandad pedía no sólo en tiempo de Pascua, sino durante todo el año, el último día de cada mes. Utilizaba para este menester campanilla y cepillo- especia de hucha de hojalata con candado. Haciendo sonar la campanilla, recitaban:

“ A las ánimas benditas
no cierren las puertas
porque diciendo perdón
ellas se van tan contentas”.

También empleaban las llamadas “Tazas de Ánimas”: dos tazones de bronce, una tenía una imagen de mujer y la otra de varón talladas en madera y envueltas en llamas.

LAS TACILLAS DE ÁNIMAS

Felipe Herreros nos las describe: “Realizadas en madera de pino, con una capa de estuco, casi inexistente. Se refleja la separación del alma femenina y el alma masculina. Ambas figuras tienen las manos enlazadas, bien tapándose, bien en actitud de penitencia, mientras desde los pies hasta la cintura, las envuelve el fuego. Estas figuras están sobre una base octogonal en oro fino. Las tacillas son de latón cincelado a torno. La tacilla de la mujer es de un tamaño mayor que la del hombre”.

Las tazas se dejaban el día de Difuntos a la entrada del cementerio y en la iglesia en la que los visitantes dejaban sus limosnas. En los últimos años de existencia de la Hermandad se dejó la tradición de las orquestas y sólo se pedía aguinaldo por las casas más ricas del pueblo, lo que según los animeros ¡aportó más beneficios en menos tiempo! Otro acto de la Hermandad consistía en “pedir por los cortijos”. Después de la recolección de aceituna y almacenamiento del grano en agosto, los hermanos de ánimas recorrían los cortijos del término de Villanueva, provistos de caballerías y mochilas. Conseguían en estas salidas, especialmente comida: pollos, aceite, grano, granadas, frutas del tiempo.

Todo se aceptaba de buen grado. Lo que se conseguía era repartido entre los hermanos más necesitados, dejando para subastarlo el resto. La subasta se realizaba en la casa del Hermano Mayor, participando toda la villa.

Cuando salían a los cortijos lo hacían en cuadrillas, dos normalmente, formada cada una por tres o cuatro personas. Al terminar la jornada se juntaban para pasar la noche juntos, pues las salidas podían tener una duración de varios días.

En el tiempo de Pascua, cuando se pedía, comían los cofrades en casa del Hermano Mayor. No existía menú especial para estos días, migas, arroz con carne o bacalao, cocido o puchero. La comida era preparada por las mujeres de la casa del Hermano Mayor

La Hermandad contaba con un número de hermanos que rondaba los cuarenta y se estructuraban en varios grupos: “Los Hermanos Conciliarios”, grupo organizador de la Hermandad, entre los que se elegía al Hermano Mayor. “Los Hermanos de Campanilla”, los más humildes que recibían este nombre por ser los encargados de sonar la campanilla y de llevar el cepillo. Existía un tercer grupo” Hermanos” simplemente, que tenían la función de acompañar a los Conciliarios en la salida a los cortijos.

Los cambios de Hermano Mayor estaban regidos por la muerte o cansancio del que ostentaba el cargo. Siendo el párroco el encargado de proponer un sustituto entre sus hermanos conciliares. Francisco Nieto en su larga vida, sólo conoció dos Hermanos Mayores de Ánimas: su padre nombrado en el año 1912 hasta su muerte en 1936 y su hermano Simón, que tomó el cargo ese mismo año, hasta la desaparición de la Hermandad en 1.975.

En la festividad de Todos los Santos de este año 2016, gracias a la intervención de Alicia González y Jorge Romero, Concejales en la localidad y a la generosidad de los descendientes de Simón Nieto, se expusieron a la entrada del cementerio las dos “Tacillas”, con la figura de un hombre y una mujer, así como un cuaderno recuperado de los gastos e ingresos desde el año 1939 hasta 1962, con una valiosa documentación :la petición de Aguinaldos, la celebración de Misas del Alba, aplicadas a las Ánimas, la asistencia con el estandarte a los entierros de los cofrades, la petición con la tacilla de ánimas, y la petición de donativos en la puerta del cementerio.

Un amplio trabajo y recorrido de esta cofradía está elaborándose, sirvan estas líneas para recordar las actividades que realizaban en la festividad del Día de los Inocentes, y Navidades.

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