¡MANDA HUEVOS!… LA MONA

POR FRANCISCO SALA ANIORTE, CRONISTA OFICIAL DE TORREVIEJA

mona

No, no nos estamos refiriendo a la mona de Gibraltar, único primate -con excepción de los humanos- que puede encontrarse actualmente en libertad en esta colonia británica, en la península ibérica y en Europa. Allí se considera a esta especie casi como una ‘mascota’ no oficial, donde pasea sin inmutarse por los parques y tejados de las casas y es alimentada tanto por las autoridades inglesas como por los lugareños de acento pseudo andaluces.

La tradición popular dice que mientras las monas persistan en Gibraltar, éste seguirá bajo dominio británico, por lo que se ha llegado al punto de que, durante la Segunda Guerra Mundial, cuando se temía una posible invasión hispano-germana, el propio primer ministro británico Winston Churchill ordenó traer varias docenas de ejemplares del norte de África para asegurar su exigua población. Pero, pese a la famosa frase ‘¡Manda huevos!’ de un, hasta hace poco, representante del cuerpo diplomático español en Londres, mucho nos tememos que los ejemplares hembras de esta especie no tienen huevos ni ninguna bolsa con contenido testicular.

Pero si que encontramos a ‘Monas con huevo’ en Torrevieja y el resto de la Vega Baja, y a la que me voy a referir reseñando la costumbre de merendar en estos días de carnaval este dulce ‘bollete’ llamado ‘mona’, con un huevo duro empotrado en su masa, y que se suele acompañar con chocolate en estos los días carnavalescos.

La tradición señala que, a partir del 17 de enero, festividad de San Antón -«las cinco y con sol»-, cada jueves hasta llegar a la Cuaresma, coincidiendo con el fin de semana de Carnaval, se celebren estas «meriendas» en las que el producto estrella es la «mona» horneada con un huevo en el centro que, popularmente, es esclafado o estrellado en la frente de un familiar o amigo.

Por todos es sabido que se pueden adquirir las monas de pascua o carnaval en las pastelerías o bollerías torrevejenses, realizadas con maestría y buen hacer.

Comenzaron los tradicionales jueves de Carnaval, desde el 17 de enero y hasta el próximo martes 28 de febrero. Son un total de seis jueves en los que se pueden disfrutar de estas meriendas, sobre todo los más pequeños. Las calas, las playas, la pinada de La Mata, cualquier sitio campestre, además de otros parques y jardines de la ciudad, y en algunos casos los hogares, pueden ser los lugares escogidos para disfrutar de una tarde de juegos.

Antaño, los sitios donde se iba para celebrar la tarde de mona solían ser parajes naturales, la cueva de la ‘Tía Roqueta’, las calas del Torrejón, las playas y Ferrís. La gente se iba a merendar andando en cuadrilla o en carro si estaba lejos.

Así es que, cada jueves de carnaval, toca merendar la típica mona con huevo con amigos y/o familia. Manda la tradición que cuando meriendes la mona, le esclafes el huevo a tu amigo, a tu novia, etc., produciéndose un momento divertido, bien por la sorpresa del que se le ha esclafado, bien por la divertida persecución del que lleva el huevo y la «víctima » elegida que huye para evitarlo. Y también, hay que decirlo, se montaban trifulcas porque la persona elegida se oponía a ser la mofa de los demás y el otro se empeñaba en que sí.

Como esto era entre la chiquillería, normalmente, ahí aparecían las madres a terciar, normalmente y a dejarlo en una paz divertida.

Estos pasteles tienen un origen remotísimo. El huevo a través de la mayoría de teogonías, es considerado como el símbolo de la fecundidad, y puede considerarse su ofrecimiento a los niños por parte de sus padrinos como la representación ritual de la primavera renacida tras el invierno, y también de reproducción y vida rompiendo la cascara del huevo duro de la mona en la frente de los novios. La mona es la que da nombre a estas regocijantes meriendas campestres con las que se festejaba el retorno de la primavera.

Ya sabéis, este año tenemos, contando desde el Día de San Antón, seis jueves de carnaval o de mona, además del martes, 28 de febrero, último día canal, víspera del Miércoles de Ceniza.

A comprarle la mona a los chiquillos, a los nietos, a los sobrinos, a alguna amiga, etc., a hacerse la foto, y a merendar y disfrutar con nuestras tradiciones. Y, a pensar un poco e incorporar estas cosillas en su repertorio gastronómico, como los dulces arroces con leche y sopada -especie de natillas caseras, actualmente en el olvido, que endulzaron otros carnavales.

Tened por seguro que son unas divertidas meriendas socializantes.

Bien para los niños, con la familia o los amigos. ¡Ah!, elige bien a quién le esclafaras en la frente ese huevo. Será divertido ya que al elegido le suele pillar de sorpresa y, en principio, no le suele entusiasmar la idea.

Fuente: Semanario VISTA ALEGRE. Torrevieja, 18 de febrero de 2017

Sin Comentarios.

Responder

Mensaje