LAS SALESAS

POR ANTONIO LUIS GALIANO, CRONISTA OFICIAL DE ORIHUELA

Mausoleo de Bárbara de Braganza (detalle). Foto A. L. Galiano

Mausoleo de Bárbara de Braganza (detalle). Foto A. L. Galiano

Hay veces que al mirar el calendario, al margen de la fecha y del mes de que se trate, por curiosidad observamos la letra pequeña en la que se indica cuál es el santo del día. Con ello, en ocasiones, se nos recuerda que hay algún amigo al que debemos felicitar por su onomástica, o bien se nos pone en sobre aviso los plazos de pagos al fisco o sobre alguna fecha memorable, como en las que se conmemoran las fiestas de las comunidades o regiones españolas, para saber que en ese día si llamamos a un organismo oficial no nos responderán pues están de fiesta. Así, si se les ocurre mirar hoy esa letra pequeña verán, que el 24 de enero se conmemora la festividad de San Francisco de Sales. El cual, aunque aparece en la Historia hace más de cuatrocientos años, su labor fundadora tuvo proyección siglos después en Orihuela, con la erección del convento de la Visitación en el lugar que antes se encontraba el Colegio de la Compañía. Fundación propiciada por el matrimonio formado por el hermano de Fernando VII, Carlos María Isidro de Borbón, primer pretendiente carlista al trono de España, y María Francisca de Asís de Braganza y Borbón, infanta portuguesa de la Casa de Braganza. Esta fundación contó con la ayuda del entonces obispo de Orihuela, Félix Herrero Valverde, y del Ayuntamiento de Orihuela, siendo el patronato real confirmado el 2 de julio de 1829.

Pero, ¿qué vinculación podemos encontrar entre San Francisco de Sales y Las Salesas? La respuesta es bien sencilla puesto que el sabio, doctor de la Iglesia y obispo de Ginebra, tras acoger como hija espiritual a Juana Francisca Fremiot de Chantal, fundó junto con ella la Orden de la Visitación de Santa María, en 1610, para mujeres jóvenes y viudas. Esta orden, es la que durante 187 años, salvo unos pocos en que fue suprimido el convento al principio, entre 1837 y 1844, y en la Guerra Civil, ha habitado el Real Monasterio de la Visitación en Orihuela, hasta que las pocas religiosas allí existentes, debido a la escasez de vocaciones se trasladaron a Madrid, lugar de procedencia cuando se llevó a cabo la fundación oriolana. Hace aproximadamente un año en que, en la tarde del domingo 20 de enero del 2013 se celebraba una ceremonia religiosa presidida por el obispo Jesús Murgui Soriano, en la que las religiosas recibieron grandes muestras de afecto por parte de los oriolanos. A la mañana siguiente, las salesas partían hacia la Villa y Corte, haciéndose cargo del convento e iglesia la Fraternidad Arca de María, no quedando así vacío el cenobio y custodiadas todas las obras de arte que allí se atesoran.

Hace menos de un mes, visitábamos en Madrid en su nueva casa a las salesas que habían abandonado nuestra ciudad. Allí en el convento de la calle Santa Engracia, número 20, la que había sido superiora en Orihuela, Sor Teresa Margarita nos narraba la pena que tenía de haber dejado atrás su casa oriolana, así como la esperanza de que en algún momento pudieran regresar y la alegría al saber que igual que todos los años se había celebrado en el mes de junio la procesión del Sagrado Corazón. Las religiosas que dejaron Orihuela fueron cinco, de las que dos eran jóvenes y procedían de Alhama de Murcia, Ibi, Villena, Madrid y África, existiendo gran diferencia en número con las 33 que en 1956 habitaban en el convento. Al despedirnos de Sor Teresa Margarita, nos obsequió con dos estampas, una con la ‘Consagración de la familia al Sagrado Corazón de Jesús’ y otra, en la que aparece un retrato de San Francisco de Sales en el anverso y, en el reverso unos pensamientos del fundador, entre los que nos dice: «Cuando el corazón está en el cielo, no le pueden turbar los accidentes de la tierra».

La distancia del convento actual de Las Salesas Reales en Madrid, a lo que fue el palacio, convento e iglesia primitivos de la fundación madrileña, sitas en la Plaza de Villa de París y General Castaños número 2, es relativamente corta, valiendo la pena acercarse a ellos. Si bien los dos primeros, a partir de la exclaustración de 1870, fueron destinados a Palacio de Justicia y actualmente a la sede del Tribunal Supremo, la iglesia pasó a ser parroquia de Santa Bárbara en 1891. En la fachada de esta última fabricada en piedra berroqueña encontramos un medallón la Visitación de Nuestra Señora original de Giovanni Domingo Olivieri, y dos hornacinas con las imágenes de los fundadores de la Orden. En el interior de la iglesia existe un púlpito barroco digno de ser admirado con adornos de ángeles e incensarios. Asimismo hay tres mausoleos que merecen la atención: los de los reyes Fernando VI y Bárbara de Braganza, fundadora del convento en 1748, para ser destinado a colegio residencia de jóvenes de la nobleza. Ambos fueron fabricados por orden de Carlos III, encargándose el diseño a Francisco Sabatini y la ejecución del primero al escultor Francisco Gutiérrez, y a Juan León, el segundo. El tercero, dentro de un estilo renacentista, trabajado por Jerónimo Suñol, corresponde al general Leopoldo O’Donell y Jorris, duque de Tetuán, representándose la entrada del jefe militar en dicha plaza tras su conquista. En principio fue realizado para la iglesia de Atocha, pero que por dificultades constructivas fue emplazado en esta iglesia de Santa Bárbara. El resto de obras que se atesoran en la misma, merecen por sí solas una detenida visita, y recordar la vinculación de Francisco de Sales, con Juana Francisca Fremiot de Chantal, y la unión de ambos en la fundación de la Orden de las Salesas, así como la presencia estas religiosas en Orihuela y el vacío que dejaron desde su marcha aquel lunes de enero de hace un año.

Fuente: http://www.laverdad.es

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