CITA EN BURGO DE OSMA

POR MIGUEL A. FUENTE CALLEJA, CRONISTA OFICIAL DE LA VILLA DE NOREÑA, ASTURIAS

Fotografía del autor y doña Maruja, viuda de Miguel Moreno.

Fotografía del autor y doña Maruja, viuda de Miguel Moreno.

En recuerdo al Cronista Don Miguel Moreno

Hablar de Burgo de Osma, es hablar de familiaridad, de encuentro amistoso, de cita gastronómica e incluso de juventud. Hay que remontarse al año1989 cuando apenas hacía un año que habíamos formado la Orden del Sabadiego, aún estábamos poniendo las cosas en orden -valga la redundancia- dentro de nuestra ilusionada asociación y tras algunas insistencias, recibimos la invitación para participar en las XVI Jornadas Rito-Gastronómicas de La Matanza. Para nosotros aquella carta del Mantenedor Don Miguel Moreno y Moreno (q.e.p.d.), avalada por la familia Martínez Soto del Hotel Virrey Palafox, fue el espaldarazo que necesitábamos a nuestras sanas intenciones, no siempre bien entendidas por supuesto, así que tras comunicar la posibilidad de hermanar oficialmente Noreña con Burgo de Osma, nos esperaba lo más difícil: informar y convencer a la corporación municipal noreñense de la importancia que representaba ese posible hermanamiento donde ya estaban representados los municipios de Guijuelo, Vic, Candelario, Jabugo, Sepúlveda, Ólvega, Montánchez, San Pedro Manrique, Miranda del Castañar y Cantimpalos, todos ellos de merecida fama dentro del panorama chacinero español y citados y reflejados con su correspondiente escudo, en los miles y miles de folletos y carteles que anualmente anuncian estas jornadas consideradas como Fiesta de Interés Turístico Nacional, siendo las únicas que conozco con ese reconocimiento oficial y a su vez, organizadas por una familia en particular y no por un ayuntamiento u otro organismo.

Y al año siguiente, en 1990, se produjo el esperado encuentro. Encabezados por el entonces alcalde Aurelio Quirós, varios concejales y cónyuges ; los grupos de baile Ecce Homín y Nª Señora de Covadonga, algunos industriales cárnicos que se asomaron tímidamente al encuentro a ver lo que pasaba y muchos vecinos de la Villa, nos desplazamos hasta Burgo de Osma avituallados de los resucitados sabadiegos que nos proporcionó la empresa El Hórreo, fabes para el menú que elaboraría nuestra incansable cocinera Luisa Mencía, sidra que nos proporcionó la sin par familia Riestra del Lagar de Muñiz de Tiñana y pocas cosas más que ofrecer, aparte de lo citado y la innegable voluntad ilusionante de los entonces jóvenes y románticos Caballeros de la Orden del Sabadiego, así que la generosidad de la familia anfitriona quedó patente y nosotros agradecidos.

Tuvimos hermanamiento oficial en el ayuntamiento con los alcaldes Javier Gómez y Aurelio Quirós, música de dulzaineros castellanos y de gaiteros asturianos, palabras de ofrecimiento y de promesas hoy incumplidas, intercambio de regalos y documentos sellados y rubricados y tras acto, menú asturiano en las jornadas a base de sabadiegos, chorizos a la sidra, lacón, paté de Cabrales, callos y fabada, aparte de las especialidades habituales de las jornadas, siempre con el gochín como protagonista.

El viaje, que en aquel tiempo duraba cinco o seis horas había merecido la pena, conocimos a unas gentes que nos ofrecieron su hospitalidad y una amistad que aún perdura y aunque les visitamos en varias ocasiones más, ahora, cuando cumplen cuarenta años las jornadas, es el momento de ratificar –los que vivimos aquella experiencia- nuestro agradecimiento y demostrar que la labor en aquellos años iniciada no fue capricho de un día. Para nosotros, fue el primer acto con reconocimiento oficial, el primer lugar donde se nos acogió públicamente, anterior incluso a ingresar en la Federación de Cofradías Europeas.

El recibir hace bien poco la Antena de Oro de la Radio y Televisión y anteriormente la distinción de Mejor Cofradía Española, recordamos la inicial singladura en Burgo de Osma y de la cual dejamos constancia para conocimiento de los burgenses y noreñenses, sorianos y asturianos que participan de nuestras actividades y que por lógica desconocen los principios de la Orden chacinera, lo cual no estará de más, no olvidar nunca.

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