ARÉVALO DEBE SEGUIR ABIERTO

POR RICARDO GUERRA SANCHO, CRONISTA OFICIAL DE ARÉVALO (ÁVILA)

Como cada año por estas fechas el mundo del turismo se moviliza en torno Fitur, la feria más importante, que aglutina en la Institución Ferial de Madrid, todos los sectores de servicios turísticos, de los puntos más insospechados y en la que destacan los pabellones de las comunidades autónomas, de las diputaciones provinciales que acogen ayuntamientos y comarcas de menor entidad, entre otras muchas ofertas. Es difícil no encontrar las más atractivas, o las menos, pero que se envuelven en la apariencia más atractiva posible e intentan llamar la atención. Personajes históricos, o de lo más diverso, anunciando acontecimientos, centenarios, las rutas más variadas, también algunos obsequios de las delicias locales…

Hablan las estadísticas de 220 mil visitantes, entre las empresas del sector y público visitante en general, en busca de algo que le sorprenda y oriente en sus salidas de turismo. Es curioso, una cifra similar a la exposición Credo de Las Edades en Arévalo, pero en cinco días. ¡Impresionante!

En esta edición también estaba presente nuestra bandera gastronómica, el tostón, nuestro turismo rural y nuestra ruta de Isabel. Esas ofertas tienen por sí mismas el suficiente atractivo para poder decir que “Arévalo sigue abierto”, porque parecería que después de Las Edades todo había finalizado. ¿Acaso no recordamos como son nuestros inviernos?, y no me refiero ahora exactamente a la climatología, sino al apagón turístico que por estas fechas inevitablemente se produce con los fríos invernales y los días cortos de luz, que no invitan a viajar ni a salir de casa. Igual podríamos decir del verano que, en contra de todo pronóstico, son un par de meses más flojos. Será el calor, aunque este no quita tantas intenciones como el frío. El ritmo del verano es distinto, se piensa en otros destinos, y el nuestro de verano es más familiar y habitual del veraneo, visitantes que alguna vez ya han visitado nuestras rutas y monumentos.

Nuestras temporadas turísticas, según demuestran las estadísticas, son primavera y otoño. Los datos cantan y no me preguntan muchos detalles de los posibles motivos. Por eso nuestro esquema de ofertas ha de dirigirse a esa realidad, si no es hay alguna causa importante y puntual.

Pero, veamos algunos detalles relacionados. Al finalizar Credo, durante un tiempo se desmontaron los espacios expositivos de nuestras iglesias, y además en el Salvador, según un convenio realizado, se ha mantenido alguna estructura que servirá para un futuro museo en este templo. Luego están las otras iglesias que son un gran atractivo en esa oferta de turismo cultural.

Tenemos otros atractivos, como la ruta de Isabel, de tan buen resultado, ruta urbana por el casco histórico de la ciudad y señalizada con pasajes sobre Arévalo e Isabel. El Castillo, cerrado de momento por obras, será abierto de nuevo como museo del cereal y los silos. De nuevo a esperar, se trata de un edificio emblema, el castillo de una ciudad de Castilla, muy atractivo y que ha sido muy visitado durante el tiempo que ha permanecido abierto. Y también el Centro de Interpretación de la Naturaleza, y el Museo del Cereal, en la Casa del Concejo-Arco del Alcocer. El Museo de Historia de la ciudad, que se reabrirá en breve. Y un entorno magnífico de naturaleza en plena Tierra de Pinar. Una importante oferta que, entre todos, debemos mantener abierta y disponible para recibir al visitante, ahora más que nunca.