POR JOSÉ GARCÍA ORTIZ, CRONISTA OFICIAL DE MONTORO (CÓRDOBA)
Buscando entre los papeles que guardo en casa, me he encontrado con una carpeta de mi época de facultad donde hay unos datos referidos a restos arqueológicos encontrados en la C/ Corredera en 1795. Según se desprende del documento en esa fecha un vecino llamado Antonio Cabeza Olias, compró un solar a un granadino llamado Diego Piedrahita Camacho, de descendencia montoreña. El dueño de este terreno quería construir una gran casa, debido a las amplias dimensiones del solar a edificar, contactando con un famoso maestro de obras de Alcaudete (Jaén) llamado Francisco Osuna.
Éste comenzó a dirigir la excavación desde los cimientos indicando que: «…comenzaron a aflorar piedras labradas de distintas épocas, ripios y cascajos, tejas antiguas y ladrillos, así como tierra de buena clase que quedaría en poder del dueño de la futura casa para ser usados todos ellos en los muros de la vivienda a construir…».
En base a esto no nos resultaría raro encontrar en las descripciones del siglo XVIII, que se hallaran lápidas, piedras talladas romanas y otros restos materiales embutidos en casas, las cuales fueron descritas por los antiguos cronistas y viajeros que pasaron por en Montoro entre 1701 – 1800.
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