¡VIRIATO! ¿QUIÉN FUE VIRIATO?

POR JOSÉ ANTONIO FIDALGO SÁNCHEZ, CRONISTA OFIICAL DE COLUNGA (ASTURIAS)

Estatua de VIRIATO, TERROR ROMANORUM, obra del escultor Eduardo Barrón González. Se encuentra en la Plaza de Viriato, en la capital zamorana.

Se llamó don Ramón López Montenegro y de Frías Salazar (1877-1936).

Fue periodista, escritor, actor, cuentista, dibujante, caricaturista, humorista y hasta Gobernador Civil de Zamora en tiempos de la dictadura del general don Miguel Primo de Rivera.

Por favor, no la vayan a confundir con la del general Franco que, como don Miguel, TAMPOCO PARTICIPÓ EN LA GUERRA DE LA INDEPENDENCIA. ¿Me entienden?

Riéndome a «mandíbula batiente» (¿se dice así? de la metedura ignorante de la «célebre » periodista, recordé el poema LA HISTORIA DE VIRIATO, que hace muchos años escribiera el Sr. Montenegro, quizá durante su etapa política en Zamora donde honran la memoria del ilustre batallador lusitano-español y sus luchas contra el invasor romano.

El alumno examinado responde al nombre ficticio de LUCAS PRADA Y REGATO.

Este es el texto completo:

«¡Don Lucas Prada y Regato! / (Se aproxima un mozalbete)
– A ver, lección deicisiete: / Viriato, ¡quién fue Viriato?
. Viriato… Viriato fue / un monarca anglosajón
hijo del gran Cicerón / y de la bella Frisé.

A la muerte de Tiberio, / en el sitio de Crimea,
Viriato entró en Zalamea / y se encargó del Imperio.
Contrajo allí matrimonio / con la princesa lombarda
Mesalina, hija bastarda /de indívil y de Mandonio.

Y nombrando mariscal / de su ejército a Selim
derrotó al general Prim en los campos de Transvaal.
Esto hizo que Carlos V / con Palafox y Alcibíades
entraran en Tiberíades / persiguiendo a Chindasvinto.

El monarca visigodo / fue vencido en Alcuneza,
donde perdió la cabeza / que es como perderlo todo.
Mientras tanto en Palestina /contáronle algo a Viriato
de su esposa y Mauregato/ y repudió a Mesalina.

En poco menos de un mes /firmó en Londres una alianza
con el duque de Braganza / y un primo de Cabasés;
puso cercpo a Port Arthur / descubrió la Patagonia,
y se casó en Macedonia, /con Madame Pompadour.

Lord Wellington, que veía / estas cosas con enojo,
quiso cruzar el Mar Rojo Y y apoderarse de Hungría.
Para cuya expedición / contaba con Polavieja,
con Juana la Beltraneja / y con Cristobal Colón.

Pero como Abderramán / le debía el Califato,
un sobrino de Viriato / aportó sobre Milán
y una escuadra numerosa / al mando de Caracalla,
le derrotó en la batalla / de las Navas de Tolosa.

Viriato pagó al Califa / tan señalado servicio
dándole un trono fenicio / que le tocó en una rifa.
Después obsequió a Boabdil / en los Campos de Montiel
con una casa-cuartel / para la Guardia Civil.

En esto la Pompadour /que se encontraba en Armenia
enferma de neurastenia, / llamó Tolosa Latour
y aunque el doctor hizo alarde / de ser hombre inteligente,
cuando pulsó a la paciente / era demasiado tarde.

Su muerte afligió a Viriato / y le hizo vestir de luto,
y hasta crear un tributo / l que se llamó «inquilinato».

Y harto de tanta viudez / dijo a la esposa de Eurico:
¡Te llevaré a Puerto Rico / en un cascarón de nuez!
Mas, renunciando a la vida, / fue en un camión de Garruste
al monasterio de Yuste / donde falleció enseguida.

Al terminar su labor / dijo el Presidente a Prada:
No está usted conforme en nada / con ningún historiador.
Pero para mi entender / de todo cuanto le oí,
si no ha sucedido así / pudo muy bien suceder.

Mientras de un modo patente / se demuestre, hay que aguardarse.
Con que puede retirarse, / que le doy ¡SOBRESALIENTE!»

Otro día, con humor, les contaré LAS BODAS DE FIFÍ, VARIABLE INDEPENDIENTE, CON UN CATETO DE LA ESTIRPE DE LOS PITAGÓRICOS.

Mis alumnos conocen bien «este suceso», un pelín «picardiosu y picantón».

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