CRÓNICA DE UNA PRESENTACIÓN MEMORABLE

POR ÓSCAR GONZÁLEZ AZUELA, CRONISTA DE LAGOS DE MORENO (MËXICO)

Un momento de la presentación del libro

 

Considero que en una presentación editorial de autor, este debe brindarse de manera íntegra a fin de que el público que se toma la molestia de acudir al evento pueda entender razones y reflexionar a la par, lo que creo se logró el pasado sábado.
A manera de crónica taurina, SEIS de noviembre a las SEIS, el reto: contar con un público de conocedores; alternando con dos grandes Maestros como lo son don Alfredo Moreno González y don Rogelio López Espinoza, con el Maestro Carlos Terrés como Moderador; había atractivo pues.
El público -al que agradezco su generosa presencia-, llenó los tendidos salvando el riesgo de que hubiera por ahí algún villamelón que se hubiera sentido incómodo dada la conspiración que ahí se daba lugar.
Impecable, Moreno abrió de pie, seguido por la intervención de López Espinoza que dejó servida la mesa para mi intervención en la que expliqué el por qué de la edición; me doblé, reconozco, al recordar a mi hijo fallecido, a quien dediqué el librito; luego todo fue bordar y cantar en conjunción con el dilecto público que se conectó con el autor festejando cada lance.
Llegó gente de’onde quiera, Jorge Humberto de San Luis, de Aguascalientes Tita, Iliana, Olivia, Martha y José Luis; desde León Pilar con sus amigas y Verónica.
Aquellos “me gusta” se convirtieron en generosa compra y obligada dedicatoria, con letra como de receta médica, pero eso sí, muy afectuosa.
Terminaba el evento cuando Pily me recordó un dato que nos dejó helados; en esa misma fecha, ochenta años atrás había nacido su mamá, mi querida hermana, la “florecita de la Mesa Reonda”, quien me llamaba con cariño «Mi espejito»; su espíritu seguramente formó parte de la reunión de aquellos espíritus que conformaron los Comunicados del más allá».
Agradezco a don Alfredo, Carolina, Valentina y Estefanía su generosidad por recibirnos en la Casona Cultural Francisco Primo Verdad; a mis hijos Octavio y Samia por su espléndida atención con sus suculentas «Ahogaditas» en salsa verde y roja con las que terminamos la reunión que complementaron aquellas lecturas… y a mis nietas Helena y Luz María por su paciencia para con el abuelo. En verdad para mí fue agotador, las fotografías lo dicen todo.
Fuente: https://www.facebook.com/oscar.gonzalezazuela

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