LOS HERMANOS GARCÍA NAVEIRA

POR JOSÉ RAIMUNDO NÚÑEZ-VARELA LENDOIRO, CRONISTA OFICIAL DE BETANZOS, MIÑO Y PADERNE (LA CORUÑA)

Don Juan Mª con parte de su familia en su casa de Betanzos. / Foto F.J. Martínez Santiso (Archivo del autor)

Don Juan Mª con parte de su familia en su casa de Betanzos. / Foto F.J. Martínez Santiso (Archivo del autor)

Del matrimonio formado entre don José García Camposa y doña Joaquina Andrea Naveira López, humildes brigantinos vecinos de la Calle de Arriba de la Ribera nº 53 (actual 47), parroquia de Santa María del Azogue, fueron fruto don Juan María, nacido el 16 de mayo de 1849 y fallecido el 9 de marzo de 1933 en Betanzos, que casó con doña María Iribarne Lascort, quienes procrearon a doña María Agueda, doña Joaquina, y a don Juan Jesús; y don Jesús García Naveira, nacido el 14 de junio de 1853, que casó con doña Carmen Etcheverría y Olaveri, y fallecido en Buenos Aires el 24 de marzo de 1912, sin descendencia.

Al igual que se aventuraron otros muchos jóvenes de su época, decidirían emigrar a la Argentina en 1869, en donde trabajarían sin descanso al tiempo de cultivar sus conocimientos, con ahínco y provecho. Con su pertinacia y tenacidad se forjarían un brillante porvenir a través de las empresas y compañías comerciales que fundaron (1875), incluidas las de importación (1886), y prestigio que les abriría las puertas como consejeros de entidades financieras y del mundo empresarial.

Enriquecidos por su trabajo y éxitos regresarían a España en 1893, si bien don Jesús continuaría en Buenos Aires, girando intermitentes viajes a su tierra natal. De regreso a Betanzos, comprobarían como la situación laboral y económica se mantenía igual o peor que hacía un cuarto de siglo, por lo que resolverían intervenir con su inmensa fortuna a paliar en lo posible las lacras sociales existentes, en materia de paro, educación, servicios sociales y laborales, y recreativos.

Para su servicio y habitación levantarían un noble edificio en los soportales del Campo de la Feria, obra del arquitecto don Juan de Ciórraga, que estaba finalizado en 1900.

Las fundaciones conjuntas que tuvieron opción de ejecutar serían el Lavadero Público, construido en 1902 a orillas del río Mendo, en parte del que fuera Campo de las Cascas, una joya arquitectónica sin parangón de 348 m² distribuidos en dos plantas; el Patronato benéfico-docente García Hermanos, formalizado el 23 de agosto de 1908, como Escuela y Asilo de Ancianos, inaugurados el 10 de noviembre de 1912, bajo la certificación del arquitecto herculino don Ricardo Boán, e instituciones dotadas con un renovador sistema educativo y asistencial; merced a un legado de don Jesús, el edificio de la Casa del Pueblo levantado en la Calle de la Rúa Traviesa, para servicio de la Federación de Sociedades Obreras de Betanzos; y las Escuelas Municipales Jesús García Naveira, proyectadas por González Villar, quien pudo ver como se colocaba la primera piedra el 17 de agosto de 1917.

Al accidentado fallecimiento de don Jesús, su hermano don Juan María continuaría con las fundaciones, como el ecléctico Pasatiempo iniciado a poco de su regreso, magnífico conjunto de jardines, con atracciones de carácter enciclopédico, estatuas, fuentes, estanques y grutas, que aún estando incoado expediente de declaración de Jardín de Interés Nacional, el ayuntamiento, entre 1985-86, se dedicó a hundir todavía más lo recuperable bajo escombros, en una actuación de derribo irracional e incomprensible, y que a pesar de todo sería imperdonable que el visitante o peregrino dejara de visitar. Construiría en 1912 otro lavadero en el mismo lugar de las Cascas e inmediato al Puente Antiguo de su nombre. Asimismo un colosal Refugio para niñas anormales físicas en la carretera que conduce a la Estación del Norte o Betanzos Infesta, inaugurado en 1923. El Sanatorio San Miguel, levantado en el lugar del Coto en 1930, para albergar a las religiosas en excedencia, por razones de edad o enfermedad, de la Congregación de las Hermanitas de Ancianos Desamparados. Además de la mejoras practicadas en el Hospital de San Antonio, entre infinidad de caridades anónimas, que han dejado profunda huella y testimonio de su filantropía y mecenazgo.

En 1913 recibirían la Gran Cruz de la Orden Civil de Beneficencia, concedida por S.M. el Rey don Alfonso XIII, a instancia del Ayuntamiento de Betanzos. Don Juan sería nombrado hijo predilecto de su ciudad natal, y en la sesión municipal del 2 de septiembre de 1937, se daba cuenta de que habiendo sido colocada en 1912 una placa homenaje del pueblo, dedicada al extinto don Jesús y por “haberse desprendido y romperse contra el pavimento” y tener que reponerse, se debería hacer figurar también a su hermano don Juan, y actos que tendrían lugar el 27 de marzo de 1938, con asistencia del Gobernador Civil Sr. Sánchez y Sánchez “que ostentaba la representación expresa del Gobierno de la Nación”.

Fuente: http://www.cronistadebetanzos.com/

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