LOS CAMINOS QUE TE ACERCAN A ULEA (MURCIA): RUTA 4

POR JOAQUÍN CARRILLO ESPINOSA, CRONISTA OFICIAL DE ULEA

BA+æOCRUZ

El cuarto camino que nos acercará a Ulea, es el que comunica con Ojós por el oeste. Para tal menester, habíamos quedado citados en la explanada de “La Casa de la Cultura, de Ojós” y, desde allí, por la ruta de senderismo, cruzaríamos el río Segura a través del “puente de madera” y pasaríamos a la margen izquierda de dicho río. En la misma explanada de la casa de la cultura, junto al río, dejarían los vehículos y comenzaríamos la cuarta ruta de acceso a Ulea. Pero ¡oh, sorpresa¡ en vez de llegar en coche, como habían prometido, lo hicieron en un autobús de 50 plazas y, el trabajo lo haríamos como si fuera una ruta turística guiada. En realidad, así lo fue.

coraz+¦njes+¦s

Allí se quedó el conductor, con su autobús, previo cálculo de la hora en que nos encontraríamos en Ulea, en el Restaurante “El Moreno”, para trasladarles a Murcia, una vez acabado el peregrinaje y tomar un “tentempié” para recuperar energías.

NORIA

Como unos peregrinos santiagueros, recorrimos el trozo de camino que pertenece a Ojós y, nos adentramos en el término municipal de Ulea, a la altura del “Salto de la Novia”. Sí, este jalón histórico, es el límite de ambos pueblos. Les invito a que se sienten alrededor del mirador del Salto de la Novia o hagan fotos mientras les doy una explicación de la historia de dicho paraje. Junto al río, en la margen izquierda, en el año 1972, se hicieron unas excavaciones y se sacaron restos de un poblado tardo romano con una vía de acceso que comunicaba con Archena y con “La Torre del Puerto de La Losilla, de Ulea”; se trataba de una verdadera “Calzada Romana”.

Sentados y, haciendo fotos del entorno, continuo con la explicación del paraje en que nos encontramos y, en ese momento, les invito a dar la cara al arranque del monte “El Castillo” que se erguía de forma solemne sobre nosotros. “La Pila de la Reina Mora”; “el canal de conducción de agua, desde el río Segura, que utilizaban en épocas de sequía”; “las paretas o paredes de separación de las zonas de labrantío, de los antiguos pobladores”; “El Aljibe”, etc.

Sin embargo, a la vista teníamos los resultados de una erupción volcánica en dicha latitud. Sí, en ese paraje, el día 11 de noviembre del año 1891, “El Diario de Murcia da cuenta  de qué, el pasado día 8 de noviembre, se produjo un fuerte movimiento sísmico, con posterior expulsión de lava volcánica, desde el interior de la montaña; produciendo los consiguientes arrastres de material volcánico, por toda la ladera de la montaña, en el paraje de “La Colla”, en el límite entre Ojós y Ulea, dejando el terreno calcinado; hasta el punto de qué, después de 123 años, se distinguen las bandas de superficie del terreno de arriba hacia abajo, con distinto color y, donde no han florecido arbustos ni hierbas; carecen de vegetación:

Es digno de admiración, hasta el punto de qué, el Diario de Murcia de fecha 11 de noviembre de 1981, le titulaba así: “Montes que andan”. En ese paraje, propiedad de la familia Massa, quedaron enterrados árboles, caseríos y corrales. Murieron gran cantidad de reses aunque por suerte, no hubo que lamentar desgracias personales

Proseguimos la ruta y nos encontramos con una noria construida por los romanos para regar con agua de la acequia mayor de Ulea, los bancales elevados qué, sin el aporte hídrico que le proporciona la noria, sería terreno de secano. Con posterioridad la usaron los árabes (con unos pequeños retoques en los cangilones y las aspas) hasta qué, el diario “La Verdad de Murcia” del día 23 de noviembre de 1944, refiere qué, la Consejería, con la ayuda de las Cajas de Ahorros de Murcia, ha tomado la decisión de restaurar la Noria, de Ulea, situada en la finca de los Condes Villar de Felices y Campo Hermoso, con el fin de hacer de ella un punto de encuentro con la historia y, sepamos algo más sobre “La Cultura del Agua”.

Al quedar en desuso, tras el advenimiento de nuevos artefactos, durante unos años, quedó convertida en un montón de chatarra hasta qué, se restauró en el año 1982 pero sin servicio; como pieza histórica de museo. Esta Noria estaba  en la finca de los Condes Villar de Felices y, por tanto, se le denominó “Noria de Villar de Felices. Con posterioridad, fue adquirida por D. Nicomedes Carrillo y con el nombre de “Noria de Nicomedes” se ha quedado para la historia.

Desde el límite del “Salto de la Novia”, se contempla todo el cauce del río Segura, con sus meandros y su fértil huerta uleana y del pueblo limítrofe de Villanueva.

Las 50 personas, más las que se nos  agregaron de Ulea, parecíamos unos conquistadores dispuestos a invadir el pueblo. Los vecinos se asomaban a sus puertas y balcones, para vernos pasar; un tanto sorprendidos. No, no éramos invasores; íbamos en son de paz. Regresando hacia Ulea, divisamos mirando a la izquierda, la imagen del “Corazón de Jesús”, sobre un imponente pedestal y, “El Mirador” desde donde se disfruta oteando una panorámica sin parangón.

Prosiguiendo el itinerario de la cuarta ruta, nos adentramos en el pueblo de Ulea, bordeándolo por el camino de “Los Senderistas” y, de pronto nos encontramos con “La Casa de la Condesa” (anteriormente “Casa de Rueda”); adquirida, en la actualidad por el Ayuntamiento y, pendiente de restauración. De ella se conserva “El Escudo de Armas, de la Casa de Rueda”; en el frontispicio del Altar Mayor de la Iglesia Parroquial de Ulea.

En una amplia replaceta, se efectuaban corridas de novillos y espectáculos circenses, durante los siglos XVIII, XIX y XX (concretamente, hasta el año 1910). Allí, en “La Replaceta” se encontraba el célebre “Aljibe de la Tía Pepa”, en cuyas aguas, una vez bendecidas fue bautizado el centenario Mayordomo de los Condes Villar de Felices y Campo Hermoso, “Ambrosio de la Tía Pepa”.

Siguiendo por el camino de “Los senderistas” nos encontramos con “el Templete del Henchidor”; lugar en donde se baña “el Lignum Crucis”, todos los años, el día 3 de Mayo. Con anterioridad, hasta 1975, se bañaba en la acequia del mismo nombre. Dicho Templete fue inaugurado por el Alcalde D. José Moreno Yepes, en el año 1982, al igual que la Piscina Municipal, colindante con el Templete.

Al grupo lo veo cansado. No cabe duda que hemos realizado una larga caminata, con un continuo sube y baja, por las estribaciones de la montaña y terrenos abruptos. Claro: se nota que es la hora de la comida y, en un breve cónclave, decidimos dar por terminada esta cuarta ruta de acceso a Ulea, y acercarnos al restaurante para descansar y reponer energías. Hasta allí llegamos, dándonos un paseo por el pueblo, un poco más relajados. De todas formas, un grupo numeroso me sugiere que les vaya explicando cuanto haya de relevancia, a nuestro paso.

De forma distendida, les doy unas pinceladas, no sin antes recordarles que el próximo encuentro será para recorrer y visitar todos los lugares emblemáticos que conforman la historia de Ulea y los uleanos. Durante ese recorrido haré de guía turístico y les daré una explicación detallada de cuanto vemos y visitamos.

Durante el tiempo de la comida y la sobremesa, con el autobús en la puerta del restaurante, para efectuar el regreso a Murcia, acordamos la fecha para efectuar esa marcha triunfal por las calles estrechas y empinadas, de Ulea, visitando toda la parte monumental e histórica de la misma. Se departió, en amena charla, con armonía. Habíamos completado el itinerario de las cuatro rutas por donde se accede a Ulea y, habíamos programado la vista guiada a cuanto haya de interés en el núcleo poblacional. Con un saludo y una sonrisa, nos despedimos hasta el próximo encuentro que será “el colofón de esta travesura”.

Sin Comentarios.

Responder

Mensaje