¡ALIRÓN! ¡ÀLIRÓN! ¡TORREVIEJA CAMPEÓN! (7)

POR FRANCISCO SALA ANIORTE, CRONISTA OFICIAL DE TORREVIEJA

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Las dos tardes que jugó el Cartagena F.C. en Torrevieja, tuvo la desgracia de que el “Natación” de Alicante, fuera favorecido con la elección de campo. El primero jugado el 25 de julio fue arbitrado por Manuel García Calvo.

Al siguiente partido, el domingo 27 de julio, el once cartagenero tuvo que jugar con todos los elementos en su contra, ya que el viento que soplaba que soplaba fuerte y la cuesta del campo, eran bastante por si solos para vencer a un contrario de menos ánimos que demostraron tener los jugadores del bando cartagenero, que supieron practicar el juego defensivo adecuado a las circunstancias, empleándose tan sólo lo preciso para contrarrestar el juego del contrario, reservándose para el segundo tiempo que, como en el otro encuentro, tuvo que decidirse en el partido.

La entrada fue más escasa que en el partido jugado el 25 de julio, y la tarde tampoco fue favorable debido al fuerte viento de Levante.

El Natación de Alicante se presentó reforzado con Samper, Pérez-Ruso y Candela II. Por el Cartagena, Estalella, jugando en la defensa Jiménez en lugar de Piri.

El Piri, notable jugador del equipo del Cartagena, hubo de no figurar alineado por una lesión que padecía, tomando asiento en la tribuna y siendo mero testigo de la lucha entre cartageneros y alicantinos.

El partido fue arbitrado por C. Cuartero, de Murcia, sacando los cartageneros, pero cortados por los alicantinos que pasaron a los delanteros, tirando a la puerta un córner que va fuera.

Al comienzo del partido, los del Natación, como sea comentado antes, favorecidos por la pendiente y el viento, empezaron a inquietar los dominios de Amadeo, Giménez y Grau, ante la avalancha del contrario se embarullaron de tal forma que hicieron concebir serios temores entre los seguidores cartageneros.

El viento y los alicantinos practicaban un juego abierto a los extremos que les dio buenos resultados. En los primeros minutos el dominio fue absoluto para los alicantinos que pusieron en constante peligro la portería defendida por Amadeo, que defendió cuantos chutes le tiraron.

Continuó el embotellamiento ante la puerta cartagenera. El Natación llevaba una combinación muy rápida y práctica, además del viento a favor. Varios saques de esquina a favor de los alicantinos fueron defendidos, sobre todo por el portero. Los jugadores del Cartagena no se achicaron e hicieron algunas jugadas arrancadas, llegando ante su puerta enemiga sin anotar tanto alguno. Terminó el primer tiempo con empate a cero.

Se reanudó el juego pasando Ramón al puesto de Estalella y de medio central salió, pese a estar lesionado, Piri, quien sostuvo el partido e hizo que sus compañeros se animaran, variando el juego por completo.

El dominio pasó a ser de los cartageneros, viendo las mismas jugadas que en el primer tiempo, pero teniendo el Cartagena F.C. más suerte o sabiendo aprovecharse mejor de la pendiente del campo y del viento a favor. Ante la puerta de Blau, Nicolás coloca el primer tanto y a poco recibe Bayo un pase que enseguida pasa a Cuervo, quien de ángulo consigue el segundo tanto a su favor.

Terminó el encuentro con la victoria del Cartagena F.C. sobre el Natación, de Alicante, dos goles a cero. El señor Cuartero arbitró bien e imparcial.

El 3 de agosto de ese mismo año de 1924 se disputó en el campo torrevejense un encuentro amistoso entre el Torrevieja F.C. y el Callosa F.C. La animación fue extraordinaria. El bullicio ensordecedor de toda clase de vehículos, unido al gentío envolvió en algo extraño e inexplicable, algo que en aquella época sólo era propio de la fiesta taurina. Fue una manifestación acalorada y compacta en un día de mucho sol y mucha alegría. Venció el Torrevieja F.C. por tres goles a cero.

En la primera parte dominaron completamente los torrevejenses, que metieron uno tras otro los tres goles. En la segunda parte el juego fue alterno, no alterando el marcador.

El equipo de Torrevieja jugó mucho e hicieron grandes jugadas de balón. El Callosa estuvo desacertado, y no se explicó su actuación en este partido, habiéndose visto en otros mucho mejor. El árbitro Manolo Calvo fue muy imparcial.

El domingo 10 de agosto, tuvo lugar un partido entre el Torrevieja F.C., reforzado con carios jugadores del Cartagena, y el equipo campeón de Murcia, de segunda categoría: el Club Deportivo Murciano. El partido fue entretenido y por ambos bandos se hicieron bonitas jugadas, sobresaliendo la brillante exhibición del Deportivo que demostró que no en balde ostentaba el título de Campeón Regional.

El viernes15 de agosto lucharon en el campo torrevejense el equipo local, reforzado con jugadores de Cartagena, contra la Selección de Murcia. Perdiendo el equipo murciano.

Después de la desgraciada actuación del primer equipo de la selección de Murcia, pocos fueron los que pensaron en asistir, en la tarde del domingo 16 de agosto, al encuentro que se disputó entre los infantiles del Real Club Deportivo Español y el de Torrevieja F.C.

A las cuatro de la tarde llegó en autocamión los infantiles del Murcia con parte de la directiva se su club y su entusiasta presidente Mariano L. Cardona. Alegres vinieron los futuros ases del fútbol, dispuestos –según declaraciones espontáneas de ellos- a sacar la espina que la colonia murciana tenía de la tarde anterior.

Reinó un gran entusiasmo por este encuentro entre la afición torrevejense por presenciar este encuentro, pues los dos equipos se presentaban con sus mejores jugadores. Se esperaba que el Real Club Deportivo Español de Murcia, campeones del torneo 1923-24, dejaran el nombre de su club a la altura que lo tenían acostumbrado.

A las 6 de la tarde, hora de empezar, el público que en el campo había era bien poco, pues siendo los contendientes niños, de ellos sólo esperaban los deportistas juego propio de su edad y por lo tanto un partido poco interesante.

El árbitro, el señor Mateu, tocó para alienarse, viendo a 22 jugadores completamente iguales en estatura, lo que hizo presumir un reñido encuentro.

Al salir al campo torrevejense todos los componentes dominaban el balón y sólo les faltaba, partidos muchos partidos pues tenían madera de jugadores, pudiendo llegar todos a donde quisieran.

Empezó el partido con el dominio del Español el cual embotelló a los torrevejenses en sus dominios consiguiendo, uno tras otro, tres tantos, dos procedentes de córner y uno de un buen disparo. En el segundo tiempo se consiguieron otros tres goles de forma magistral.

El portero murciano merece párrafo aparte. Era sin duda lo mejor en los infantiles; paró infinidad de disparos de todas clases y todas las marcas y entrenándolo, podía tener el Torrevieja un gran portero. De los españolistas murcianos todos bien. Los defensas en lo poco que intervinieron, estuvieron muy oportunos. Los medios Hilario, Rene y Serrano estuvieron estupendos, hasta tal punto que no dejaron pasar a los contrarios en casi todo el partido. Los delanteros combinando estupendamente estuvieron todos inmejorables. Albaladejo demostró ser sin disputa el mejor de la región murciana, y el indiscutible primero del Real Murcia, cuando pasaran unos años más.

Zaragoza estuvo muy oportuno y Moreno regateó cambiando de sitio, siendo las delicias del público. El extremo derecha cumplió en su puesto haciendo buenios centros. Rodríguez Torres hizo pensar que se estaba jugando un partido internacional.

El árbitro, señor Mateu, bien. El público muy satisfecho.

Además de los comentarios deportivos trascribo la crónica de un murciano, espectador de este emocionante encuentro, en su visita a Torrevieja:

“Metidos ya a fuerza de polvo y testarazos en las profundidades de los campo, te diré que vi ‘sinfinitud’ de hombres, mujeres y chiquillos que, encuadrando un extenso paralelogramo, aplaudía a unas cosas encarnadas y pajizas que a movibles muestras de la arrendataria de tabacos semejaban. Eran futbolistas agrestes que con sus ‘vestas’ amarillas y rojas perseguían a patadas un balón. Aunque lejos, se veían perfectamente sus enormes zapatones que me hicieron pensar lo difícil que sería hacer perder su equilibrio y estabilidad a aquellos monigotes que orgullosamente ostentaban tan descomunales bases de sustentación”.

El lunes día 17 de agosto de 1924, jugaron el Real Acodiam de Alcoy y la Selección de Murcia.

(Continuará)

Fuente: Semanario VISTA ALEGRE. Torrevieja, 6 de septiembre de 2014

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