POR MIGUEL FORCADA SERRANO, CRONISTA OFICIAL DEL PRIEGO DE CÓRDOBA (CÓRDOBA)
He asistido a muchas presentaciones de libros de poesía, pero nunca hasta ayer, a la presentación de un libro de “poesía mística”. Autor, Luis Ángel Ruiz; título “PALABRAS IMPARES”. Y en la misma portada se advierte: “Finalista del XLIII Premio Mundial Fernando Rielo de Poesía Mística 2023”. Por muchas cosas, fue un acto emocionante, para no olvidar. Presentación a cargo de Manuel Molina González, director del Aula de Literatura de Priego, que dio un repaso a las distintas corrientes de la poesía mística a lo largo de los siglos: la mística judía, la mística hindú, la mística islámica, y la mística cristiana con especial referencia a Ramón Llull, Santa Teresa, Fray Luis de León, etc.
Luis Ángel Ruiz (Alba de Cerrato, Palencia, 1957), es realmente un andaluz total e incluso vivió en Priego unos años. Pertenece al Ateneo de Córdoba y a varias asociaciones culturales, entre otras al Aula de Literatura de Priego. Tiene publicados una novela y seis libros de poesía.
Según el prologuista, Ramón Gómez del Moral, se trata de “un poemario un tanto poliédrico, imponente y exquisito a la vez, que ennoblece a quien lo lee y al tiempo, encumbra al autor”, porque “Aquí se amalgaman el misticismo, la rebelión, el inconformismo y el miedo. Siempre con el telón de fondo de la esperanza en busca de una luz esclarecedora.” Pero en sus comentarios, Luis Ángel bajó a tierra desde esa estratosfera de la mística y habló de Priego, diciendo cosas verdaderamente emotivas para los prieguenses. Literalmente: “Priego es grandioso desde el entorno natural, desde ese corte del adarve sobre el que la ciudad parece un monasterio y que nos permite extender la vista casi hasta el infinito…” Habló también del valor que en Priego damos a la cultura y se refirió especialmente a los 57 libros editados ya en la “Colección Manantial” en la que han publicado escritores de primera categoría y que según él, merecería un reconocimiento a nivel de Andalucía o a nivel nacional.
Dijo el poeta que le hubiera encantado vivir en Priego y que desde lejos, sigue ligado a todo lo que hacemos.
Y aquí unos versos tomados de este libro:
“Hay un templo sin piedra / de incienso vegetal, / allí donde los bosques /enhebran sus ojivas. / Escucho el pentagrama / que Dios traza en el aire. / Los maitines del mirlo, / el canto gregoriano / de la perdiz, la mística / del cuervo, la calandria, / la abubilla, el gorrión / como una escolanía /sosegada de paz. / Señor, / yo sé lo que es rezar. / Confidentes la luz, / el agua, la pedriza, / los sauces, las imágenes, / los latidos del bosque / tan siempre silenciosos…
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