LOS ORÍGENES DE CASTILLA Y EXTREMADURA

POR MARÍA DEL CARMEN CALDERÓN BERROCAL, CRONISTA OFICIAL DE CABEZA LA VACA (BADAJOZ)

Los orígenes de Castilla y Extremadura, se remontan a la organización de la Bardulia, en el norte de Burgos, como una marca o raya fronteriza oriental de Asturias durante el reinado de Alfonso I, a mitad del siglo VIII.

A lo largo de ambas márgenes del río Ebro, se repobló la región con habitantes de Cantabria, bajo las decisiones de los jueces locales debido a la distancia de la capital: Oviedo.

Ordoño I nombró a un conde para gobernar, el primero fue D. Rodrigo, señor de Álava, quien hacia el año 860 repobló castillos en la zona del Duero y en el año 865 luchó contra los musulmanes en el paso de Pancorbo, posición estratégica clave en La Rioja.

El segundo conde castellano, D. Diego Rodríguez, edificó una línea militar de castillos desde La Rioja hasta el río Arlanzón.

Esta expansión territorial fue acompañada por la fragmentación del área en marcas condales: Amaya, Lantarón, Cerezo, Burgos, Lara y Álava, cada una gobernada por condes asignados a estas mandaciones o merindades.

Hacia 912, el territorio castellano alcanzó la frontera meridional del Duero, con fortalezas destacadas en sitios como Osma, Peñafiel y Sepúlveda.

La proliferación de torres fortificadas y castillos, que en la época se denominaban castra, oppida, castellum,  combinando el latín y el romance, dan nombre al territorio de los castillos: Castilla.

En esta época, caracterizada por

  • los enfrentamientos bélicos,
  • pobreza,
  • escaso intercambio monetario y
  • concentración de la titularidad de la tierra en pocas manos,

las diferencias sociales eran acentuadas.

Los caballeros guerreros ocupan una posición prestigiosa, el escalón superior de la estratificación social, puesto que ellos aportaron caballo arma y hombres a pie (origen del apellido Caballero), peones (origen del apodo peones, que siempre están al servicio de los caballeros), para las batallas, formando una pequeña nobleza cuyo sustento provenía de los caballeros u hombres honrados, omes buenos, que aportaban la intendencia para las tropas (origen del apellido Calderón).

También procedía el sustento de las tropas de los botines de guerra, de donde procedía la adquisición de riquezas; y la concesión de tierras y salarios por los servicios prestados, además de disfrutar de exenciones fiscales y privilegios jurídicos (los caballeros suelen ser parte de la nobleza, hidalgos, condes…), elementos que definieron a la nobleza en época medieval y moderna. La nobleza estaba exenta de pagar impuestos, no eran pecheros, de ahí el empeño por probar limpieza de sangre e hidalguía que los librara del pago de impuestos. No pagaban porque ellos habían contribuido con sus bienes a la conquista de la paz y de las tierras usurpadas por los sarracenos, habían apoyado al señor, al conde, al rey, ahora se les premiaba de esta forma, con la exención de impuestos.

Los cargos eclesiásticos también gozaban de privilegios económicos y jurídicos, de ahí que fuesen una solución para encauzar la vida de personas desheredadas, segundones, ciudadanos que no veían en la Iglesia más que un manto bajo el que protegerse, sin que mediara vocación en muchos casos. La fundación de grandes centros monásticos,sería una característica de la época.

En la base de la pirámide social, los campesinos y artesanos de las aldeas soportaban onerosas contribuciones impositivas, mantenían con su trabajo e impuestos la pirámide social.

Existía una red de dependencia entre los distintos grupos sociales, su finalidad:

  • para obtener protección militar
  • o adoptada de forma imperiosa para sufragar deudas.

Los campesinos dependientes de los señores debían satisfacer cargas como las labores y las contribuciones o impuestos al señor del lugar o al rey en terrenos de realengo.

El campesinado tenía libertad restringida. Como tenentes, como trabajadores de la tierra, como arrendatarios, al no ser dueños de la tierra, no podían abandonar la propiedad o la tutela del señor a riesgo de perder su sustento. Su condición era hereditaria, una situación de dependencia que se incrementaría en los siglos siguientes. Estamos ante el feudalismo. El arrendatario puede tener el beneficio de las tierras que trabaja de por vida (una vida) o por dos o más vidas (para su hijo y nieto).

FUENTE: https://cabeza-la-vaca.blogspot.com/2024/06/los-origenes-de-castilla-y-extremadura.html

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