LAS PINTURAS RUPESTRES DE LA CUEVA DE LA GRAJA DE JIMENA (JAÉN). DESCUBRIMIENTO Y CATALOGACIÓN COMO MONUMENTO NACIONAL (1902-1924).

POR JOSÉ MANUEL TROYANO VIEDMA, CRONISTA OFICIAL DE BEDMAR Y GARCIEZ (JAÉN).

Cueva-Graja-Pinturas-rupestres.

Esta Cueva prehistórica fue descubierta por D. Eduardo Cobos en 1902, siendo Notario de Jimena, y la noticia la dio a conocer en la revista Alhambra (Nº 301, pp. 426-427), aunque en 1867 fue visitada, por el jienense D. Manuel Góngora Martínez ya que en 1868 nos da cuenta de ella en su obra Antigüedades Prehistóricas de Andalucía. Con posterioridad al hallazgo de las pinturas (1902) esta cueva prehistórica fue estudiada por D. Manuel Gómez Moreno, quien recogió, mediante dibujos realizados por él sobre las pinturas encontradas y que luego, en 1908, en su obra Pictografías Andaluzas, les daría la denominación de “pictografías”.

El abate francés H. Breuil que visitó el yacimiento en junio de 1911, acompañado de J. Cabré, incluyó estas pinturas en su obra sobre las Pinturas Rupestres Esquemáticas en la Península Ibérica (París, 1935. Pp. 5-8, pliegos I-III) y estudiadas por Obermaier y Woermann, denominándolas “figuras rupestres esquematizadas” y comparándolas con los petroglifos o guijarros pintados procedentes de la Mas d´Azil (Francia), sin olvidar los serios estudios realizados por el Cronista de Jimena, D. Mariano Sáez Gámez –quien firmaba con el pseudónimo de Bachiller Mariano de Ximena, los cuales fueron publicados en la Revista Paisaje, bajo el título de “Monografías Jimenenses” en 1966, páginas 792 y ss. Previamente, sobre las pinturas rupestres de la Cueva de la Graja, decía en 1902 D. Francisco de Paula Valladar y Serrano, Cronista Oficial de Granada, las cuales presenció in situ, que, ese primer conjunto encontrado, “fue uno de los primeros en descubrirse en España dentro del estilo esquemático”, ya que la actual configuración del núcleo completo es muy reciente, pues la práctica totalidad de sus 17 conjuntos catalogados, han permanecido inéditos hasta los años ochenta del pasado siglo XX. Años más tarde, en agosto de 1916, D. Mariano de la Paz Gómez Rodríguez, además de dar a conocer las reflexiones que sobre la misma habían hecho prehistoriadores de la talla del Abate Henry Breuil (1877-1961), Obermaier, Juan Cabré y Gómez Moreno, entre otros, escribía en la Revista Don Lope de Sosa lo siguiente: “Obermaier atribuye a buena parte de las pinturas rupestres andaluzas al período Azilo-Tardenoisiense, un período que se continuó hasta el Neolítico y las pictografías se iban separando cada vez más del arte naturalista, perdurando así hasta el Neolítico final y la primera etapa de la Edad de los Metales…

Opinión que coincidía, en lo substancial con la de Gómez Moreno, quien atribuía a las pinturas de la citada Cueva, una procedencia Neolítica”. Hoy, sabemos, que las figuras de esta Cueva están datadas y catalogadas dentro del periodo Neolítico Final y se estudian de forma diferenciada de las dos clásicas escuelas de arte rupestre español: la franco-cantábrica y la levantina, creándose con estos hallazgos una nueva escuela: la Andaluza, sobre todo debido a los nuevos estudios realizados por los profesores Soria, López Payer y Zorrilla [SORIA LERMA, M., LÓPEZ PAYER, M. G. y ZORRILLA LUMBRERAS, F. “Arte rupestre en Sierra Mágina. Nuevas investigaciones”, en Sumuntán, nº 17 (Jaén, 2002), pp. 24; 26-27] y hechos públicos en las XIX Jornadas de Estudios de Sierra Mágina celebradas en Torres (Jaén) en octubre de 2001. Con anterioridad el profesor Almagro nos hacía ver, entre las figuras halladas en la misma, una que representa a un hombre que lleva de los cuernos a una cabra, dada la existencia de cuadrúpedos, que fueron analizados por el Departamento de Prehistoria de la Universidad de Granada en 1984, junto a signos antropomórficos masculinos en “phi”, propios de la pintura rupestre esquemática y la existencia de unas cabezas emplumadas que nos enlazan con los “cazadores” paleolíticos, junto a numerosas hachas de piedra pulimentadas –Neolítico- como señalaba el historiador D. Antonio Gaya Nuño en 1968.

Por todo ello, la Cueva de la Graja fue declarada Monumento Nacional mediante una Real Orden de 25/IV/1924 a propuesta de la Junta Superior de Excavaciones y Antigüedades. Por ese motivo el Ministerio trasladó copia de la misma al Gobernador Civil de la Provincia, al Presidente de la Comisión Provincial de Monumentos y éstos a las autoridades municipales, los cuales dieron cuenta de la feliz noticia a sus convecinos para que a partir de ese momento se convirtiesen en los mayores defensores de ese gran patrimonio que le dejaba la Historia de España, tal y como se desprende de la justificación de tal denominación: “…

Porque sabemos la cultura del Pueblo de Jimena y de sus dignísimas autoridades, abrigamos la evidencia de que ellas y cada uno de sus vecinos, será un defensor de ese monumento, para que sea respetado y tenido en la estima que merece y que oficialmente le ha sido reconocida. Pueblo que tradicionalmente mantuvo sus prestigios, será en este caso también fiel a ello”. Poco tiempo después de la concesión de la distinción de Monumento Nacional, el Presidente de la Comisión Provincial de Monumentos de la Provincia, D. Alfredo Cazabán y Laguna, junto con el Académico Conservador, Sr. Espantaleón, visitaron la Cueva de la Graja con el fin de “conocer su actual estado y adoptar las disposiciones que procedan”. Dichas pinturas fueron fotografiadas y expuestas por vez primera en la Exposición Iberoamericana de Sevilla en 1929. En 1971 fue visitada por los asistentes al Congreso de Prehistoria y Arqueología que se celebró en Jaén y que en el pasado mes de abril de 2024 ha celebrado con unas Jornadas su Centenario.

FUENTE: J-M-T-B-

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