BANDOLEROS EN BLANCA

POR ÁNGEL RÍOS MARTÍNEZ, CRONISTA OFICIAL DE BLANCA (MURCIA)

En el siglo XIX, en nuestra provincia de Murcia, al igual que en otras, existían bandoleros, personas que por una u otra causa se había lanzado al monte y sembraban el temor a las gentes, asaltos a diligencias, ventas, posadas… lo que llevaba a enfrentarse a la Guardia Civil y ejército, siendo cosa normal el ver carteles con el letrero «se busca», pues bien, tal día como hoy, 8 de agosto de 1839, el Boletín Oficial de la Provincia de Murcia, en su página 2, publicaba: A fin de evitar por cuantos medios sean posibles el aumento de la gavilla de facciosos capitaneada por los bandidos Palencia y el Peliciego, teniendo presentes las órdenes del Gobierno de S. M. y los bandos del Excmo. Señor capitán general de este distrito, de acuerdo con el señor Comandante general de la provincia he determinado lo siguiente:

Artículo 1º. Cualquiera individuo que por sorpresa o violencia se viere forzada a incorporarse a los rebeldes, será tenido por faccioso y juzgado como tal si continuare con ellos más de tres días, a no ser que acredite la imposibilidad de la fuga en este plazo.

2º. El que se fugare de los rebeldes dentro del término prefijado en el artículo precedente, se presentará sin tardanza al alcalde del pueblo más inmediato, donde quedará detenido hasta la resolución de las autoridades superiores militar o civil de esta provincia.

3º. Si al cuarto día de haberse llevado los facciosos al mozo para tomar las armas con ellos, no se hubiese este presentado a la autoridad según lo prevenido en el artículo 2º, serán presos y conducidos a esta capital los padres o parientes más cercanos, con arreglo al bando del Excmo. Señor Capitán general de 14 de junio último.

4º. Los dueños o encargados de los cortijos o de cualquiera casa de campo donde se presentaren los facciosos, darán parte de la ocurrencia, sin detención, al alcalde constitucional del término respectivo, y al comandante militar más inmediato o jefe de partida de tropas de la Reina, expresando la hora en que aquellos se presentaron, punto de donde o por donde vinieron, quienes eran los cabezas, tiempo que allí permanecieron, su número, clase de armamento, lo que hubieren hecho, dirección que tomaron al retirarse, si reconocieron a alguno o algunos, y demás circunstancias o pormenores que conduzcan a averiguar su procedencia, descubrir su paradero y dar con ellos. El que faltare a estas prevenciones será considerado y tratado como partidario y favorecedor de los rebeldes.

5º. Los alcaldes constitucionales a quienes fuere comunicado este edicto, inmediatamente que le reciban dispondrán su publicación en altavoz, fijándolo además en los parajes de costumbre, y haciendo que se notifique a los dueños o encargados de los cortijos, casas de campo y ventas del término respectivo para que estos lo hagan saber a todos sus jornaleros, dependientes o habitantes en dichos edificios.

Citado el edicto diré que Juan de Pedro Abellán Sánchez “El Peliciego” fue el último bandolero de raza que recorrió, sobre todo, las sierras jumillanas, que tenía un odio especial a los Carabineros, el origen del odio fue a partir de que fue sorprendido con una carga de sal y no pudo decir claramente su procedencia, acusado de tráfico de sal, le quemaron el carro y mataron las mulas. Tras esperarlos, los mató y ahí comenzó sus andaduras como bandolero. Su gavilla o cuadrilla llegó a tener más de 30 componentes). Murió asesinado por dos pastores a los que pidió ayuda; cobraron la recompensa: 40.000 reales de vellón. Su cadáver se expuso en la fachada de la cárcel nacional de Murcia (actual edificio Victoria) y enterrado en el cementerio municipal de Murcia el 5 de febrero de 1841. Para saber más sobre su vida: elpeliciego.com

FUENTEhttps://www.facebook.com/angel.riosmartinez.7

Sin Comentarios.

Responder

Mensaje