CRÓNICAS DEL PILDE: JUANI, NUESTRA PREGONERA. BRAZACORTA, 10 DE AGOSTO DE 2024.

POR AGUSTÍN DE LAS HERAS MARTÍNEZ, CRONISTA OFICIAL DE VALDEPIELAGOS (MADRID) 

Siempre he tenido el máximo respeto por quien, micrófono en ristre, se atreve a dirigirse a un público, diverso en edades, y mantiene el hilo conductor del mensaje. Yo no conocía a la pregonera. Quizás mi pecado fue nunca haber tenido una conversación con ella. Si algo he aprendido en la vida es que se descubre a los demás escuchando.

Ayer se anunciaron el comienzo de las fiestas. Y conocí a Juani, la pregonera de este año. La conocía de vista. Y la conocía por los demás, luego, no la conocía. Entre el titubeo inicial de las valientes oradoras, envuelta en primeros aplausos, nos ha llevado, para quien ha querido percibirlo, a mensajes muy claros. Largo discurso dirán los que les cuesta escuchar o simplemente no escuchan. Pero yo quería conocer a Juani por sus palabras. Y el pregón ha sido el necesario para ello. Siempre estoy dispuesto a aprender y cuando alguien me enseña aquello que les fue enseñado por sus mayores, sólo puedo escuchar. Y además, intensamente.

A nuestra pregonera le enseñaron a construir, a siempre construir, y qué razón tiene en ello. Qué fácil es destruir, echar abajo un trabajo ajeno, una reputación que desconocen o reirse desde la imbecilidad de quien no le llega a la suela de los zapatos del criticado. Gracias Juani por mencionar la palabra construir. Luego nos ha presentado su segunda parábola. Cuando vino de la ciudad le enseñaron a saludar. Saludar es aquello que nos acerca en un pueblo. Lo que, independientemente de haber nacido en una ciudad o en una villa como esta, nos diferencia de la deshumanidad de las calles urbanitas. Y nos lanza una advertencia. Caminar por una calle en un pueblo, encontrarte con gente, y no decir hola, es un pecado que no nos merecemos. Y ha tenido que venir nuestra pregonera a recordarlo. Gracias Juani.

La tercera parábola me ha tocado el alma. En un mundo tecnológico e insensible, donde las generaciones desconocen lo que es plasmar en un papel, manuscritos de sentimientos, dibujar palabras de amistad o de amor, meter en un sobre el mensaje, franquear un sobre para que alguien abra un buzón y lea tus palabras, es un acto romántico que hoy día no se entiende. En un siglo XXI donde cuatro adolescentes se envían mensajes sentados en la misma mesa, en lugar de conversar, es un aviso de la entrada a los infiernos.

Y por último, ha querido homenajear a nuestras abuelas. En fin, en las últimas conferencias y actos del ultimo año he dejado patente mi agradecimiento. Si soy algo soy algo por ellas. Y no soy una persona completa ya que no pude tener ni sus abrazos ni sus mimos ni sus besos. Juani, gracias por este pregón tan directo y por haberme dejado conocerte un poco más. Brazacorta debe estar orgulloso de tan ilustre pregonera.

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