«SOY BARROCO Y DIONISÍACO»

FULGENCIO SAURA MIRA, CRONISTA OFICIAL DE FORTUNA Y ALCANTARILLA, EXPONE SUS ÓLEOS RELIGIOSOS Y COSTUMBRISTAS EN EL CONSISTORIO DE SAN JAVIER (MURCIA)

uan Martínez Pastor, Fulgencio Saura Mira y David Martínez, en el Ayuntamiento de San Javier. :: A. S.

Juan Martínez Pastor, Fulgencio Saura Mira y David Martínez, en el Ayuntamiento de San Javier. :: A. S.

«Todo el paisaje murciano, para mí, es barroco», dice el pintor Fulgencio Saura Mira, abogado, cronista de Alcantarilla y Fortuna, pero sobre todo artista cambiante. El paisaje murciano es él mismo: «Soy barroco y dionisíaco, de Dioniso y el vino, porque soy amante de la vida, me intruduzco en ella para extraerle todo lo que puedo», se destapó el jueves por la noche tras inaugurar la exposición, que reúne en el vestíbulo del Ayuntamiento de San Javier parte de esos óleos que captan escenas idílicas murcianas. El idilio de Saura Mira con la huerta con su rubor subido, que lo convierte en el Monet murciano, enfrentado al movimiento sin fin de los procesionistas en su aureola tenebrosa del Viernes Santo.

«Es un hombre del Renacimiento, pintor y escritor, humanista, maestro del color y la serenidad», dijo el alcalde de San Javier, Juan Martínez Pastor. Para el historiador David Martínez, presidente de la Asociación Belenista, el hijo del pintor Fulgencio Saura Pacheco es «uno de los más agudos observadores de la sociedad murciana, su vida y su cultura, y un ejemplo de arte minucioso y sencillo».

Para el propio artista, ese festín de pinceladas cortas que atraen el ojo hacia sus rosas de almendro joven, el ocre del barro soleado, y las frutas que desbordan las ramas como una camada de niños rollizos, es su pasado. Ya solo salen de su mano «acuarelas de trazo suelto, que gustan más». «Noto que a medida que envejezco busco lo menudo», dice el pintor, que sale casi cada día en busca de un arbusto, de una nube o una mísera colilla con la serigrafía de una huella de zapato. «Me interesa un árbol, un objeto y también los espacios vacíos en el lienzo, que dicen a veces más que la pincelada», cuenta Saura ante uno de sus colosos cargados de ese sofoco murciano que sube la fiebre. «Mi pintura más admirada es la costumbrista, y no es la mejor», se sincera el pintor, que vive ahora para otra inspiración: «El momento en que se forma la idea en mi mente es lo que me hace no envejecer, vuelvo a la ingenuidad». Ese momento creativo, que le recorre los huesos, antes de coger el pincel: «Se me eriza toda la piel, y hasta lloro, porque veo el camino, y veo la nube a lo lejos, y los árboles. En realidad, soy un caos».

La huerta, Murcia, el mar, la arquitectura y el paisaje de su tierra, de la que se confiesa un gran enamorado, conforman la temática de Fulgencio Saura Mira, quien recordó a su padre, el pintor Saura Pacheco, como su gran maestro. La exposición, que rodea la escultura del también artista murciano Nicolás de Maya, que preside el ‘hall’ del Ayuntamiento, incluye tres de las obras predilectas del pintor, un imafronte de la catedral de Murcia, un homenaje a la huerta y otro a Salzillo, los tres de gran formato, junto a otras obras que resumen los paisajes exuberantes de su vida.

Fuente: http://www.laverdad.es/ – A. Salas

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