LUCHAS EN VANO… LUCHAS SIN REMEDIO

JOSÉ SALVADOR MURGUI SORIANO, CRONISTA DE CASINOS (VALENCIA)

Murgui se siente libre. FOTO EPDA

Murgui se siente libre. FOTO EPDA

Decía Camilo Sesto en una preciosa canción romántica que en mi adolescencia y juventud la oíamos mientras bailabamos “lento”, es decir, “cogidos” la chica y el chico, como se ha bailado toda la vida menos ahora: “Tan solo una mirada y ya te comprendo tan solo un pensamiento nos une a los dos. Una palabra y ya te siento, por ti he llorado, por fuera y por dentro, me basta pensar en ti, y ya te tengo…”.

A la hora de escribir esta columna cuando discurren los primeros minutos del lunes, después de haber vivido la Crida 2015, y pasar un fin de semana entretenido, comentando, discutiendo que si las señas de identidad se respetan o no, que si el valenciano, o el catalán, que si hay que desgastar a unos para que triunfen otros, me viene a la cabeza lo que cantaba Camilo: un pensamiento nos une a los dos (a ti y a mí) una palabra y ya te siento, porque esa palabra es mi tierra que es tu tierra. Porque cuando quiero lo mejor para mí, en definitiva lo estoy queriendo también para ti ciudadano de a pie, y porque hay cosas mucho más importantes que enzarzarnos en vanidades que solo conducen al agotamiento y a la impotencia física.

“Yo tengo un alma blanca, que está envejeciendo, y tengo tanto que darte y todo se está perdiendo. Mi vida camina sobre un alambre, yo he nacido para sufrir, porque he nacido para ti.” La canción sigue con esta letra, y me vale para mí que tengo vocación de amar y servir a mi pueblo. Y como tengo esa vocación, hoy escribo por todos los que tenemos el alma blanca, hoy escribo porque se respeten todos los que tienen tanto y tanto que dar a los demás porque es su vocación de servir, hoy hablo por aquellos que caminan sobre un alambre porque jamás pisaron el duro metal de la corrupción de la mentira o del engaño, y también hago mías las palabras de los que desinteresadamente nacieron para sufrir, porque como dice la canción: “he nacido para ti”.

Sí, así es, cuando uno nace para los demás y lo hace con entrega y rectitud, no merece ser vilipendiado con palabras vacías y sin argumentos, los argumentos sólidos se guardan para cuando alguien está cargado de razones porque lo hace mal y no ha nacido para los demás sino que nace para él. Siempre hay que distinguir cuando uno es de uno y para uno, o cuando uno es de todos y su yo no le importa, porque lo que realmente le importa es el otro, eres tú.

La única verdad que avala a las personas que van con las manos abiertas y tendidas hacia los demás es ésta: “Si volviera a nacer, volvería a quererte sin remedio… Si volviera a nacer volvería a perderte sin remedio… No hagas caso de lo que digo y déjame quedarme un rato o siempre contigo”.

No hagas caso de lo que digo, ni mucho menos hagas caso de lo que digan cuando solo se dice por difamar y hacer daño, haz caso de lo bueno que se hace, de lo bueno que se dice, de lo hermoso que es hacer el bien, de lo bueno que es presentarse como es cada uno y que te acepten, de lo maravilloso que es potenciar lo bueno que sabe hacer cada uno, lo digno que es poner lo que tú tienes al servicio de los demás y sobre todo, tener la conciencia tranquila de que cuando uno ama de verdad, ama porque quiere, y lo más grande, ama sin esperar nada a cambio.

Si volviera a nacer, volvería a quererte, ¡SIN REMEDIO! Si todos los que han desestabilizado el sistema y la historia se hubieran creído esta frase, no habría crisis, ni desahucios, ni parados, ni hambre, ni desnutrición, por que en verdad amaríamos a nuestros semejantes, y no haría falta nadie que fuera la voz de los que no tienen voz, porque su voz sería la nuestra. Y ahora queremos matar a la diosa ilusión.

Y acabo la columna como la canción: “Si vas buscando amor por otros caminos, acuérdate de mí: soy tu mejor amigo… ¡SI VOLVIERA A NACER VOLVERIA A QUERERTE!” Esa es la reflexión, soy tu mejor amigo, soy el que te puede en un momento malo tender la mano, soy el camina a tu lado. No me difames por hacerme daño…no hagas verdad lo de “ si volviera a nacer , volvería a perderte” no merece la pena perder a nadie ni a ninguno, el mundo de hoy necesita que sumemos voluntades y sobre todo precisa que no perdamos tiempo en las hierbas del camino, cuando la siega se nos quema por el sol.

Y por encima de todo, esto no es como el título de la canción “Sin remedio”, aquello era para bailar agarrados, lo nuestro es para estar sueltos y afortunadamente la letra nos dice que sí que hay remedio.

Feliz lunes y feliz semana.

Fuente: http://www.elperiodicodeaqui.com/

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