EL NERVIOSISMO ES LA ANTESALA DEL MIEDO Y EL ‘CALORET’ DEL VERANO

JOSÉ SALVADOR MURGUI SORIANO, CRONISTA DE CASINOS (VALENCIA)

José Salvador Murgui. / FOTO EPDA

José Salvador Murgui. / FOTO EPDA

Ayer y hoy han sido dos días intensos, dos días que pasaran a la historia marcados por el acaloramiento de las redes sociales -el ya popular ‘caloret’ del verano- y por el fenómeno primaveral del inicio de la fiesta fallera. Días diferentes, días tan insospechados como insólitos. Pero en medio de toda esa causa inusual se detecta cierto nerviosismo que se compagina con otras acciones y comentarios.

Son varios los amigos que desde el sábado me pasan mensajes, cortes de vídeos, y otras escenas que mancillan el día a día de la vida política; y me lo pasan a mí, triste ciudadano de a pie, como si tuviera respuesta o si tuviera la solución. Es muy difícil en esos momentos no entrar a responder con él “y tú más”, lo reconozco es difícil, sobre todo para personas como yo que tenemos las ideas muy claras.

Conste y lo confieso públicamente que me supone un esfuerzo vital no “entrar” aunque en la red sí que he contestado a alguna persona, tal y como pensaba ante los comentarios, o linchamiento recibido. Hoy en este mismo periódico leo unas declaraciones del Molt Honorable Presidente Fabra que dice “El populismo es el atajo por el cual algunos oportunistas juegan con las ilusiones e ideales de las personas”. Y me quedo con esta frase tan “ejemplar”.

No voy a comentarla, ni mucho menos a responderla. Solo me la anoto en la agenda. Pero jugar en la Comunidad Valenciana con las ilusiones e ideales de las personas, es mucho jugar. Hoy ni yo ni nadie puede jugar con la ilusión o con los ideales, cuando apenas la sociedad carece de ideales, o ya hay muchas ilusiones desvanecidas.

Hoy toca ir con la sonrisa en los labios, siendo ante el mundo fermento de ilusión, hoy es el día (como tantas veces digo) de reflexionar para sumar esfuerzos, y para presentarse ante los demás como personas normales, sinceras, sencillas y con voluntad de cambiarlo todo para que mejore el mundo, y sobre todo es el momento de plantearse como se da un paso al frente para que este mundo mejore y cambie todo lo malo que en él se ha invertido.

Con vídeos manipulados, mensajes dichos a medias, y frases insolventes, difícilmente podremos arreglar las cosas. No me da miedo la campaña electoral, no debemos temer a los rivales políticos, porque en definitiva todos debemos buscar y trabajar por el bien común, debemos estar en la brecha buscando esa dirección, y en definitiva, de los buenos juicios y razonamiento saldrá el entendimiento para gobernar nuestros pueblos.

El nerviosismo es la antesala del miedo, los nervios se combaten con tila, o con pastillas suaves que tranquilizan, que te hacen ver las cosas desde otro prisma (no se qué prisma será porque jamás las he tomado) pero ante tanto medicamento y ante tanto ansiolítico, no caigamos en la tentación de tomarnos unas pastillas de “todo me da lo mismo”, porque entonces estos mensajes podrán convertirse en una auténtica Torre de Babel donde el orgullo y la soberbia del hombre irriten a un Dios iracundo, que consienta que nadie logre entenderse.

Hagamos las cosas bien. Que cada uno diga las cosas por su nombre, que cada cual se presente como es, y ya que tan demócratas somos, aprendamos a respetarnos, si respetarnos, el respeto, la tolerancia y la confianza son las mejores normas naturales para una buena convivencia; y tengamos en cuenta una cosa, nadie es más que el otro, todos más o menos somos iguales… solo hay una pequeña diferencia y es que unos por su experiencia y por el paso de los años pueden presentar muchas más ofertas, propuestas y tareas realizadas que aquellos advenedizos que solo llevan un manual de buenos principios y una cartera ilusionante pero vacía de dinero… Pero con ilusión, honradez, buena gestión, y buena gente de a pie estoy seguro que se pueden hacer muchas cosas.

Pero no hay que jugar con los nervios, suelen pasar factura de malas acciones, y hoy el mundo necesita lo otro, buenas acciones y fuertes argumentos, hay discusiones que no merecen la pena entrar, son asignaturas demasiado viejas y que ya deben estar superadas. Hoy la asignatura que más miedo nos debe afrontar es la de un futuro digno para nuestros hijos y nietos, si ellos están bien y tienen buen futuro, podremos sentirnos orgullosos de nuestro pasado, si por el contrario nos quedamos en el “Y tú más” seguiremos suspendiendo la asignatura principal que se llama progreso y futuro.

Y que conste que yo seguiré hablando en valenciano y castellano, es la lengua que aprendí de mis abuelos y padres. La de tota la vida. ‘El caloret del verano’.

Fuente: http://www.elperiodicodeaqui.com/

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