VERANEARIO 2013 (I)

POR APULEYO SOTO, CRONISTA OFICIAL DE BRAOJOS DE LA SIERRA Y LA ACEBEDA (MADRID)

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VOLVER, SIEMPRE VOLVER. Vuelvo a donde solía desde hace ya cuatro entregas de este veraneario deambulador. La vida corriente, o se retiene plasmada en literatura, o se disipa y desvanece sola. Por eso la comparto aquí con vosotros, fieles feligreses de la catedral de papel que es El adelantado de cada día; sigan dándonoslo Dios y la Publicidad, su santa madre impresora.

LAS CRÓNICAS CALIENTES. Me gusta hornear mis crónicas como un pan caliente, un gran pan apto para cualquier paladar lector, heñido y henchido con los sabores de las noticias de la tierra nutricia. Me importan todos los letraadictos: los gustadores del foro y los foráneos ocasionales, los rudos y los exquisitos a la violeta, los ricos de provecho propio y los que reman en ruin barca por las Hoces del Duratón, los que se aprovechen de ellas porque sí y los que las desdeñen porque no, los camaleones continuos que saltan de una a otra página y los que no cambian de chaqueta ni por esas, los que las asientan con veneración y los que las digieran con sentido crítico razonado y razonable. De esa forma se convertirá el periódico en una plaza pública redonda y sin aristas de todas y cada una de las opiniones, responsables de necesidad para la construcción de la democracia.

LAS RIBERAS DEL CEGA. Inicio el viaje literario por las riberas del Cega, desde Navafría a Cuéllar. Ya contaré más adelante cómo me va por cada tramo del río ciego que se enarena entre pinares, los pinares piñoneros que cantó en sus veraneos vacacionales de las Navas de Asunción el poeta de ascendentes segovianos Jaime Gil de Biedma, aquel tabacalero bebedor que escribió que “la vida iba en serio”. Pues claro que sí. Y mis divagaciones también. Otro escritor, este de Lastras, el inventador y recogedor y expositor de cuentos populares Ignacio Sanz, ha hecho de esta campa llana su tejedora de sueños, como lo hizo años atrás el romántico José de Espronceda en su “Sancho Saldaña”, durante el destierro carcelero del castillo de los Alburquerque, al que le sometió el ominoso rey Fernando VII. (Gracias, concejala Maricarmen collarina por tu regalo)

LA ENCAJERA DE BOLILLOS. Un encajero de bolillos voy a ser yo en estas crónicas cotidianas. Por eso les deposito a continuación y como aperitivo la letrilla que se me ocurrió contemplando la estatua de la encajera de Almagro, adonde acudí, antes de rastrear la patria chica mía, para gozar de la representación de “La noche toledana” de Lope de Vega: Mano contra mano, a diestra y siniestra, teje los bolillos la encajera. Deprisa, deprisa, encaja las hebras de lana, de lino, de algodón, de seda, y surgen mantillas, puntillas, rebecas, golas, blondas, mallas, redes, rosas, trenzas. ..Sentada en la plaza como estatua en piedra, téjeme la vida, mujer almagreña.

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