‘TORREVIEJA’: MAZURCA, PASODOBLE Y HABANERA

POR FRANCISCO SALA ANIORTE, CRONISTA OFICIAL DE TORREVIEJA

Portada de la partitura de la mazurca ‘Torrevieja’.

Portada de la partitura de la mazurca ‘Torrevieja’.

En el mundo entero es conocida la habanera “Torrevieja”, del maestro Ricardo Lafuente, pero el nombre de nuestra ciudad aparece en otras muchas obras musicales, menos conocidas y algunas de ellas olvidadas, que han jalonado nuestra historia. Recordemos algunas de ellas.

La mazurca es una danza popular de origen polaco de la región de Masovia. Presenta diversas variantes -algunas lentas, melancólicas y otras en tiempo vivo, brillante- y su ritmo en 3/4, con la acentuación característica en el segundo o tercer tiempo de cada compás, da lugar a cierta libertad interpretativa. Dentro de la música pianística fue inmortalizada y llevada a su máxima expresión por Federico Chopin.

Al conocerse este género musical en el resto de Europa, muchos compositores lo acogieron con entusiasmo adoptándolo como una de sus formas de expresión.

El músico italiano Emmanuel Conforto, autor de la mazurca ‘Torrevieja’ que hoy se estrena, también se identificó con esta forma de danza en la que encontró un campo propicio a su talento creativo poniendo de manifiesto su invención melódica, su ingenio para encontrar novedosos recursos pianísticos, así como su agudeza para explorar y experimentar en el terreno de la armonía y la expresividad.

En el modelo que utiliza Conforto al escribir la mazurca ‘Torrevieja’ encontramos giros melódicos y rítmicos, así como mordentes, apoyaturas y arabescos; siendo la personalidad del autor lo suficientemente fuerte para imprimirle ese sello de individualidad y ese color particular que nos hace imaginar aquellos pretéritos paisajes y veraneos torrevejenses, usando elementos que recuerdan la canción romántica de finales de siglo XIX, envolviéndonos en la vida diaria de la población: las verbenas, los conciertos, la playa, los balnearios, las reuniones, el paseo, etc.; y también en otros componentes aún más abstractos: la luz, el ambiente, el espacio y otras muchos reflejos de aquella época que se proyectan en la imaginación del oyente.

Los ingredientes rítmico-melódicos del estribillo presentan los rasgos típicos de la danza polaca; esta sección es de intensa expresividad. La segunda parte es la más breve y está caracterizada por un ritmo ágil y vivaz. La copla tercera, en cambio, es melódica por excelencia y se basa en una frase que se repite, con un impulso más apasionado.

La mazurca ‘Torrevieja’, editada en París, fue dedicada por Emmanuel Conforto a su amigo torrevejense Antonio Ballester Albentosa, consignatario de buques, “embajador” de Torrevieja en Barcelona a finales del XIX y corresponsal, en 1887, del periódico local ‘El Torre Vigía’. Fue estrenada oficialmente en el Parque de Doña Sinforosa, el 18 de mayo de 2003, dentro de las celebraciones del bicentenario de la fundación administrativa de Torrevieja, por la Banda de la Unión Musical Torrevejense dirigida por Jaime Belda, con partitura adaptada a banda por Armando Bernabeu Andreu, posteriormente fue editada en CD por RTVE.

Otra pieza musical titulado ‘Torrevieja es un pasodoble, baile utilizado para la celebración de eventos y, además, es uno de los pocos bailes de pareja que siguen arraigados hoy en día; estando presente en muchas fiestas (verbenas populares) y sigue formando parte de la tradición de todas las regiones de España. «A principios de siglo se relacionó con el garrotín, un baile de pareja gitano, bastante vivo y repetitivo».

Es un baile muy sencillo, por lo que resulta bastante fácil aprenderlo. Su ritmo básico es muy simple: un paso por tiempo y se debe permanecer todo el tiempo con los cuerpos en paralelo y con la mano izquierda y derecha del hombre y la mujer, respectivamente, unidas. Forma parte del repertorio de las bandas de música.

El pasodoble también titulado ‘Torrevieja’ fue estrenado en las calles de esta población en julio de 1888, por la Banda Infantil de la Misericordia de Murcia, dirigida por Francisco Fresneda, autor de esta destacada pieza dicada a la villa población.

Desde el siglo XIX, la Banda Infantil de la Misericordia de Murcia, formada por niños huérfanos de la Casa de Misericordia de San Nicolás, era contratada todos los veranos por el Ayuntamiento de Torrevieja para amenizar las verbenas del paseo, dar pasacalles y acompañar en otros festejos; entidades privadas y particulares ofrecían donativos y comidas a los niños que la componían a cambio de conciertos y serenatas, bien en casas, en establecimientos o en sociedades, como el Casino y Café de España.

Estuvo bien pensado que aquel año de 1955 se pensara en hacer un Certamen de Habaneras, para recordar los tiempos en que se mecían las cunas al cadenciosamente al compás de una habanera.

Torrevieja era una tranquila ciudad, que en tiempos anteriores habían navegado veloces barcos veleros, camino de las américas y como punto principal de aquellas, Cuba, la bella isla tropical a donde llegaron sus marineros con sus canciones que allí se transformaron en esas habaneras tan torrevejenses que todos conocemos y que se cantaban en las casitas junto al mar.

Fue Torrevieja, el último de los puertos de España de donde continuaron saliendo los barcos veleros para Cuba, llevando en sus panzudas entrañas, tejas, ladrillos rojizos de Alicante y sal, y trayendo de regreso maderas preciosas y especias.

De aquella comunión con la “Perla de las Antillas”, guardó Torrevieja, como reliquia las habaneras que tuvieron en nuestra tranquila ciudad su primacía y encontraron el más adecuado escenario y los mejores interpretes y compositores, naciendo la internacional habanera ‘Torrevieja’, compuesta por Ricardo Lafuente Aguado en febrero 1955 y estrenada el 23 de marzo del mismo año en el Teatro ‘Nuevo Cinema’, haciendo de solista Tomás Payá acompañado por la Masa Coral Torrevejense de Educación y Descanso. el público se puso de pie y aplaudió sin parar hasta que el director, Francisco Vallejos, ordenó su repetición. Al día siguiente, en ‘Teatro Romea’ de Murcia, el público se volcó en sus aplausos y pidió a gritos la repetición de la habanera. En la actualidad es la habanera más universalmente conocida, después de ‘La Paloma’, de Iradier, y la habanera de la ópera “Carmen”, de Bizet.

Fuente: http://www.laverdad.es/

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