LA DECIMONOVENA EDICIÓN DE LAS POPULARES CARICATURAS HOMENAJEA A QUIENES DIJERON ADIÓS EN LOS ÚLTIMOS MESES, VINCULADOS ADEMÁS AL CASCO HISTÓRICO JIENENSE, COMO EL CRONISTA OFICIAL VICENTE OYA RODRÍGUEZ
![Buen tiempo y mucho público en la plaza de San Francisco para ver las decimonovenas chilindrinas. / LIÉBANA](http://www.cronistasoficiales.com/wp-content/uploads/2016/10/104305903.jpg)
Buen tiempo y mucho público en la plaza de San Francisco para ver las decimonovenas chilindrinas. / LIÉBANA
Las chilindrinas de las ausencias. La decimonovena edición de las ácidas pero simpáticas caricaturas que cada año por San Lucas coloca la asociación de vecinos Arco del Consuelo-Casco Antiguo rindió homenaje a quienes dijeron adiós en los últimos meses, vinculados además al casco histórico jienense, como el cronista oficial Vicente Oya Rodríguez, la cantante Rosario López Carrascosa o el pintor David Padilla Martínez, y en especial a uno de los promotores y mayores impulsores de este original repaso, convertido ya en tradición, de la actualidad de todo un año, José Román Grima, fallecido en diciembre pasado y que presidió dicha asociación: «Y en esta triste ocasión/ las chilindrinas hacemos/ pero falta la agudeza/ de esa brillante cabeza/ que los demás no tenemos», se podía leer en su panel de homenaje, que traslucía cierta orfandad. «Seguiremos tus consejos/ mantener las chilindrinas/ mientras nos hacemos viejos».
Y caricaturas nuevas que aparecen, como la del actual alcalde, Javier Márquez, que en noviembre tomó la vara de mando de un Ayuntamiento en bancarrota («Por encima y por los lados/ por arriba y por abajo/ las cajas están vacías/ y todos tus empleados/ para cobrar su trabajo/ esperarán muchos días»). Y «también en el Obispado/ hubo cierto traqueteo/ se nos marchó don Ramón/ y llegó don Amadeo». O la caricatura del sindicalista y exconcejal Andrés Bódalo, con su icónica gorra, que entró en prisión «por mucho que lo intentaron/ con marchas y manifiestos». Junto a dibujos que son ya un clásico, como el del tranvía aparcado en las cocheras y con telarañas, o la escoba de plata quebrada ante la suciedad de las calles.
Fuente: http://www.ideal.es/ – José M. Liébana
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